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JUAN R. HERNÁNDEZ.
Tremendo mitote armó la alcaldesa con licencia, Sandra Cuevas, quien al parecer se le ha olvidado que, en la Central de Abasto de la Ciudad de México, hay un Comité Técnico y un Fideicomiso que prohíben realizar actos proselitistas dentro de la CEDA. Pero, además, el haber llegado con todo su séquito, con unos vehículos que violaban disposiciones internas de este importante centro de abasto del país, obviamente los comerciantes no iban a dejarse intimidar.
¿Qué no se supone que la alcaldesa con licencia conoce el actuar de los comerciantes?, obviamente, no y, aun con todo el show, lo que no le queda claro a Cuevas Nieves es que no se pueden violentar normas internas de un lugar que maneja diariamente miles de millones de pesos y se mueven toneladas de productos perecederos.
Más que avisar -de manera tramposa- a la alcaldesa con licencia Clara Brugada, de que iba a ir a Iztapalapa, a quienes debió de avisar y pedir permiso de entrar a la CEDA fue al Comité Técnico y a los integrantes del Fideicomiso, así como a los comerciantes.
Sabían claramente que iba a ocurrir este escándalo, porque las normas de la Coordinación de Seguridad, Vialidad y Protección Civil de la Central de Abasto, tienen la facultad para mover a vehículos mal estacionados o en su caso, enviar al corralón aquellas unidades que no cumplan con los requerimientos fijados en el reglamento de tránsito de la CDMX.
Y tal parece que el problema de las chinches está escalando a todos los niveles, y ahora llegó a la conferencia del jefe de Gobierno de la capital, Martí Batres, quien aseguró que no hay la presencia de esta plaga en la CDMX.
Lo curioso es que el dardo lo lanzó ayer la UNAM, en la que las llamadas “Chinches de Cama” viajan en el Sistema de Transporte, en donde lo importante será ver si es en microbús, trolebús, metro (en donde se encontraron) o el metrobús.
Cabe mencionar que recientemente se informó sobre un brote de chinches en algunas instituciones educativas, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), lo que llevó a la suspensión de clases presenciales en dichas instituciones, sin contar que la comunidad universitaria de ambas instituciones, son presa de los nervios por llevarse a esta plaga indeseada a sus hogares.
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