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Alejandro Armenta Mier
El lugar donde vivimos, nuestro hogar, que compartimos con plantas y animales, ellos y nosotros, conformamos el ambiente, y por ello debemos cuidarlo, protegerlo, ya que si seguimos deteriorándolo como hasta el momento, ese preciado tesoro que asegura nuestra existencia, sucumbirá.
La vida en nuestro planeta sólo es posible si hay determinadas condiciones, es decir, una combinación de distintos elementos proporcionados por la naturaleza como agua, luz, oxígeno, temperatura, los cuales fueron previos a la humanidad y dieron origen a la misma. Por ello, se afirma que ésta forma parte del entorno, al igual que todo ser vivo.
La ausencia de alguno puede desencadenar la desaparición de otras criaturas. De este modo, la supervivencia de las personas en el planeta, y de las generaciones venideras, depende directamente de la existencia de los componentes del ambiente que integran la biosfera.
Por ello es muy importante su legislación no solo en términos generales, sino específicos, porque todo lo que contiene vida no se puede resumir en algunas disposiciones legales ni ser concreto, debe ser a profundidad y exhaustivamente abarcando todos los ámbitos.
Desde hace 500 años, México ha sido considerado como un país rico por sus recursos naturales, sin embargo, la explotación desmedida ha generado pobreza, problemas de salud, destrucción y extinción de algunas especies como el lobo mexicano del Noreste (Canis lupus monstrabilis) y el carpintero imperial (Campephilus imperialis).
Es lamentable cómo se han degradado los recursos naturales debido a las propias actividades económicas de muchas regiones no solo del país, sino del mundo entero. Es por ello que el 5 de febrero de 2020 presenté una iniciativa para que la vida sea posible en nuestro planeta, reconociéndolo como un ente de derechos.
