Visitas
Doña Egla —así le bautizaron— tiene todas las facilidades legales para perderse en el anonimato y evadir su corrupción, y la de otros, en la Secretaría de Educación, cambiándose el nombre y hasta el apellido y botando el doctorado.
La Perra Brava, orgullosa de sus raíces genealógicas, dice que ya otros han ocultado su vergonzoso pasado negando su apellido paterno, pero mantienen su propia pudrición moral. Iche.
Egla —que si fueran siglas pudiera ser Educación General y Latrocinios Asegurados— pudiera ocurrir a la reforma que ayer dio a conocer Tabasco Tudey, para cambiarse el nombre argumentando que es discriminatorio. Podría llamarse Gloria, lo tiene bien merecido- “Te voy a cambiar el nombre/ para guardar el secreto…”
Los diputados acabaron de un plumazo la costumbre tabasqueña de los nombres raros. Ya no se asentarán con nombres peyorativos, diminutivos, siglas, que pudiera causarle daños a los así asentados en el Registro Civil.
“Doña Gloria” Cornelio Landero, podría hasta prescindir el escupido doctorado que tanto le han ensuciado, y así librarse del estiércol de la Chica Chocante que en 2019 —según la Auditoría Superior de la Federación— pagó a trabajadores ajenos al sector educativo, a personas fallecidas e hizo compras poco transparentes.
Superó, así, el de Tacotalpa, aquello de que los muertos votan. Ahora hasta los hizo cobrar. Pagó Setab a fallecidos y aviadores, dijo TH.
De acuerdo a la ASF se hicieron observaciones a la Setab por un total de 24 millones 705 mil 528 pesos, de los cuales se recuperaron 8 millones 961 mil 220 pesos y faltan por aclarar 15 millones 744 mil 308 pesos, tarjetea la PB.
En otra perrad, ya Capu May va en reculativa con el pago a los viejitos. Le compuso la plana al Machuchón, su patrón, y ya dijo que nada de pagos adelantados. Y que, es más, desde marzo en que reciban su ayuda, que se jodan hasta julio, después que pasen las elecciones.