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Chucho Gallegos
Un ejemplo de valentía y de valor cívico del modesto chofer (no han dado a conocer su nombre para protegerlo) de la combi que cubre la ruta de Naucalpan, que al ver amenazado a su pasaje por los asaltantes Orlando Alberto “N” y Luis Fernando “N”, puso en marcha su vehículo sin darles tiempo a que se subieran; uno de ellos alcanzó a disparar hiriéndolo en el hombro, pero aún así, no paró ante el peligro de que los pelafustanes cobraran venganza.
El tipo que disparó mientras la combi arrancaba pudo haber matado a una de las pasajeras que ocupaba el asiento del respaldo del chofer, pero por fortuna, la bala pasó rosando; ella se agarraba la oreja, mientras que le decía a sus compañeras, que pidieran auxilio. Llamaron a una patrulla y una ambulancia quien traslado a la joven al hospital de Lomas Verdes.
Es aquí donde debe intervenir la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Gobierno Federal apoyando a este héroe urbano, que expuso su vida evitando que los pelafustanes asaltaran a seis pasajeros, tres mujeres y tres hombres, entre ellos un señor de la tercera edad, que usaba bastón.
Las autoridades deben compensar al chofer, ayudando con dinero él y a su familia, porque esta institución tiene una partida justamente para atender a casos como estos, pero a veces se hacen de la vista gorda, prometen pero no cumplen. Así le pasó a los deudos de los agentes de investigación y peritos de la fiscalía del Estado de México, que fueron emboscados y que sus familiares aún están esperando ser indemnizados.
Lo mismo ocurrió con la familia de la joven que murió en el atentado contra el secretario de seguridad, Omar García Harfuch. Ayuden al señor protegió a sus semejantes con su vida