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Mientras la PB espera que mañana viernes el gober anuncie que a fines del mes loco pasaremos a “mamífero” amarillo, le llegan chismes de la presunta deshonestidad de Juan Antonio Ferrer, el no primo.
Lo de cambiar color de la pandemia fue un madruguete que hizo Pepe Nieves, capo del turismo, hambriento de personalidad.
Lo del arque JAFA es asunto aparte. En Michoacán le acaba reventar otra pústula (ay mojo perra) pues denuncian mediáticamente corrupción en Insabi: venta de plazas, moches y pagos irregulares.
Según la perruna chismosa, ante tanta hambre vieja, la Secretaría de Salud y el coordinador de delegaciones del Gobierno Federal, Roberto Pantoja Arzola, se deslindaron de la venta de plazas y supuestos mecanismos de pago retroactivo de espacios de trabajo en el Instituto Nacional para el Bienestar.
En Insabi pedían 12 mil pesos a cambio del espacio de trabajo con promesa de que se iba a regresar en retroactivo; sin embargo, no se han liberado los espacios y tampoco se les ha reembolsado el dinero. Por eso se deslindan las autoridades estatales y el propio representante del mero machuchón presidencial.
Caro cobra JAFA los “cachitos” de la rifa que repartió, por 499 millones 750 mil 500 pesos a 951 hospitales públicos que atienden a pacientes con Covid-19 a nivel nacional. El perro que come hocico ni que le quemen los… o al revés.
En el caso de Cultura, Cochinoa el Hércules que colecciona muñequitas de carne y hueso, trina contra la PB y la quiere ver en la perrera municipal. Dice que la que anda en celo es la perra en brama.
Para mañana viernes, además del anuncio de nuevo semáforo, queda pendiente lo del ahorro de los consejeros amigos de Juan Correa López, (a) Johnny LaReata, del IEPCT.
