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abril 30, 2024

Voces

Arreando al elefante | Banobras, el botín de los chayoteros

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RICARDO SEVILLA

A pesar de que en Banobras sabían de la llamada “Estafa maestra”, altos directivos de ese banco decidieron guardar un silencio cómplice y ominoso.

Pero no sólo era guardar silencio. La instrucción era, nos dicen, encubrir los hechos y alejar, lo más posible, los reflectores de la prensa.

Y peor aún: durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, un puñado de altos directivos de Banobras se propusieron, a manera de estrategia de contención, que el escándalo no saliera a flote.

Para llevar a cabo su cometido, los tres sujetos que el sexenio pasado dirigieron Banobras decidieron poner en marcha una operación mediática para que nadie se enterara que la institución estaba sumida en la peor crisis económica de su historia.

Alfredo del Mazo Maza, Abraham Zamora Torres y Alfredo Vara Alonso, quienes fueron directores de Banobras durante el peñato, dilapidaron más de 360 millones de pesos en campañas publicitarias.

Lo curioso (o mejor dicho: lo anómalo) es que para protagonizar estas campañas, decidieron llamar a un puñado de personajes y medios de comunicación a los que pagaron recursos millonarios.

Dichos personajes, curiosamente, son los mismos que hoy se muestran tan beligerantes con el gobierno que encabeza el presidente López Obrador: Joaquín López-Dóriga, Enrique Krauze, Imagen, Tv Azteca, Televisa y Radio fórmula, entre muchos otros.

Contratos y ordenes de pago a las que tuvimos acceso comprueban que, en efecto, estos sicarios de la pluma y estas empresas, a cambio de jugosísimas cantidades, aceptaron alquilar sus voces y sus espacios para promover una historia que Banobras estaba muy lejos de experimentar.

Televisoras, periódicos y radiodifusoras recibieron contratos leoninos para difundir campañas institucionales, como “Detrás de las grandes obras está Banobras”, donde se hablaban maravillas de ese banco.

De hecho, nos dicen que el propio Enrique Krauze fue llamado directamente para hacer un infomercial disfrazado de documental. El resultado fue un video soso y mediocre de 29 minutos por el que Banobras pagó a la empresa de Krauze, Editorial Clío, 2 millones 88 mil pesos. Y todavía hay quien se pregunta: ¿Por qué están tan enojados? ¡Es obvio! ¡Porque les cerraron la llave del presupuesto.

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