37 lecturas
Juan R. Hernández
A menos de una semana para que haya “humo blanco” en el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los estragos de la confrontación del equipo de Marcelo Ebrard va escalando a dimensiones alarmantes.
Independientemente de quién gane, la operación cicatriz en los equipos de las “Corcholatas Presidenciales” tendrá que ser muy fina debido a las constantes denuncias de agresiones de uno y otro bando, sobre todo los del excanciller, quienes aseguran que hay ataques hacia ellos, favoritismo hacia la exmandataria capitalina y han acusado, incluso, a funcionarios federales, locales y hasta gobernadores.
Los liderazgos de la Ciudad de México están dolidos por el rompimiento de reglas de Marcelo Ebrard y su equipo, y nos aseguran nuestros confidentes que habrá un rompimiento en la CDMX, en donde ha centrado la mayoría de sus ataques.
Sin embargo, los liderazgos locales señalan que al excanciller se le ha olvidado que la capital del país es “territorio obradorista”, y al atacar a su estructura, al criticar sus programas, al intentar romper el método que se diseñó para elegir al candidato, también se ataca al presidente López Obrador, quien, por cierto, ya salió en defensa de la 4T al señalar: “todos se están portando bien”.
Los que están descontentos con estos ataques, advierten que, en el remoto caso de ser favorecido por la encuesta, Ebrard perdería muchos votos y operación política porque en sus acciones y discurso, lo han sentido alejado de la militancia de Morena.
Otras voces al interior de Morena, hacen un llamado a la prudencia. Prevén que Ebrard tiene una oportunidad desde el Senado como coordinador de la bancada morenista en caso de llevarse la mayoría absoluta. Tiene tiempo y oportunidad.
Te puede interesar: Plaza Central | Movimientos.