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Juan R. Hernández
Apenas recientemente se tocaba en este espacio la necesidad de tener un Plan Interno de Protección Civil y ahora, en diversos medios de comunicación salen a la luz que cada año, la Ciudad de México se hunde hasta 30 centímetros aproximadamente y las zonas más vulnerables se encuentran en el oriente.
Asimismo, citan un estudio publicado en la revista Advancing Earth and Space Sciences y retomado por la UNAM en 2021, en donde se advierte que la CDMX al irse secando, no solo pone en riesgo la infraestructura de la capital, sino que también amenaza la seguridad del agua para millones de personas.
Y, por si fuera poco, la investigación señala que en la CDMX se tiene registro de 591 puntos de fracturamiento o hundimiento del subsuelo y aunque el Centro Histórico, en la alcaldía Cuauhtémoc, es uno de los lugares más visibles, existen al menos 12 sitios con deformación crítica, distribuidos en distintas colonias de Benito Juárez, Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac y Xochimilco.
Bien valdría la pena ver qué medidas se estarían aplicando en la alcaldía Benito Juárez en donde la voracidad de algunas inmobiliarias, ha ocasionado que esa zona sea una bomba de tiempo, y conste que desde antes se está avisando para que después no “hagan como que la virgen les habla”.
Sólo no hay que olvidar los recientes microsismos que han ocurrido en varias alcaldías de la CDMX, que son un mensaje cada vez más frecuente de que hay que tomar medidas a tiempo.
Por cierto, cada vez se hacen costumbre las constantes fallas en el Metro, que a pesar de la inversión millonaria que se realiza para mejorarlo, en las benditas redes sociales diariamente se hace el registro de alguna falla.
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