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El Duende de Guapinol ya tomó el monte, aunque haya tirado el sombrero y su vestimenta, y lo haya trajeado Raturo Núñez y doctorado Rata Lilia en el arte de los negocios con el erario.
Ayer lunes ladró que ya no será amarillo, que abandona el PRD — como lo hizo el Caraeniño Gaudiano Rovirosa—, pero que es mejor que el nieto de don Leandro pues se “lleva a 163 líderes con sus respectivas estructuras”. Sí, Chucha.
Al ser esquirol al servicio de Morena, evitó ser investigado en los negocios que hizo —con el manto protector de las enaguas de doña Rata— en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ahora honrada y sanitizada con el nombre de Secretaría de Movilidad, aunque no por la forma en que se desplaza su titular don Chicho Oropeza.
Agustín Silva dijo que no se va con su gente a ningún partido. E inventó una nueva figura: será diputado externo de la bancada perredista.
El golpe es contra el gordo Andrade, como candidato a la alcaldía de Centro, aunque no se necesita pues no significa nada contra Yoli Osuna. Al igual que Charpei Granier, el presunto del PRI, que sólo quiere que su mongolito tenga su cámara, como una vez se la dieron por error a Tres Pelitos Ojeda, cuando se la pidió a don Raúl, pues quería tomar foto, y éste le mal entendió. Y le compró la Cámara de Diputados.
Los perredecos estrenan nueva imagen de su líder estatal, FJ Cabrera, a quien exhiben en redes con carita nueva porque lo acusan de tirarle los perros a la hija de una de sus candidatas a presidencias municipales.
Ahora que doña Yoli busca jalar a la perrada y ya tiene en vista como coordinador de campaña al Perro Bertruy, que por cierto no lo den por bueno.
Pro verbo 220221: Pero yo los he dejado en libertad de que ellos decidan a quién van a apoyar. El Duende.