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Más rudo que el Perro Aguayo resultó uno de los hermanitos de doña Nidia Naranjo, que estuvo a punto de echarse al plato al ex chafirete de AMLO, que fue uno de los casi dos cientos ochenta clientes que, extraoficial, fueron vacunados contra Covid en Cunduacán.
Según un confidente Garganta Profunda de la Perra Brava, Chuy Falcón estaba convaleciente covidongo y la vacuna lo puso malisísimo. Que bueno que nada más fue el susto.
Por eso la PB aplaude como foca al gober, que en las redes denunció el “vacuna-gate”: que varios ciudadanos estando domiciliados en otros municipios han abusado de la buena fe del personal que aplica las vacunas en la tierra de los naranjos en flor y espina.
Nada más que en el engaño hay cómplices, como el hermanito de la horchatera. Ojalá les asiente bien la segunda dosis a quienes, al grito de “haz caso a la vacuna y no a la luna”, quisieron engañar al mero-mero. Ahora que pueden estar bien vacunados contra cualquier acto punitivo.
Más vivo, y pionero del chanchuyo vacunómetro resultó Betolita Iduarte, que “tuvo la suerte” de estar en casa de una hija, en una alcaldía de la Ciudad de México, cuyo nombre no quiero acordarme, cuando ¡por casualidad pasaron vacunando! Y ya anda con su primera dosis.
Entre los 280 casos detectados que se agandallaron en Cunduacán, se incluyen funcionarios públicos que mintieron y se fueron a vacunar, por lo que seguramente serán cesados, dice un comunicado oficial.
La PB, alista currícula y recuerda que por menos de eso corrieron al director del Hospital de la Mujer, que sí era servidor de la salud y estaba expuesto al contagio. Cosas veredes mio Cid, dice la perruna vacunada, mientras abanica la cola como bufón o heraldo satisfecho.
Pro verbo 180221: Es muy probable que ya no les sea aplicada la segunda dosis o que la reciban a destiempo. AAH