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A través de una iniciativa preferencial, el Presidente López Obrador pretende regresarle el monopolio del mercado eléctrico a la CFE. Para los Diputados Federales, esto significa que la carrera contra el reloj ha comenzado, ya que tendremos 30 días para discutir, votar y, en el caso de la oposición, detener este atropello en contra de la competitividad y el desarrollo económico.
Primeramente, esta iniciativa tendrá un impacto directo en los bolsillos de la ciudadanía al eliminar lo que se conoce como el despacho económico. Actualmente, la Ley de la Industria Eléctrica prevé que las energías renovables sean las primeras en ser despachadas a la red de transmisión, asegurando así menores costos en la facturación.
Pero esta propuesta le da prioridad a la energía generada por CFE a partir del combustóleo, que es sumamente peligrosa para la salud por el alto nivel de contaminación, además de ser mucho más cara. Lo que MORENA quiere hacer es elevar a rango jurídico el acuerdo de confiabilidad energética promovido por la Secretaria Rocío Nahle el año pasado, el cual fue recientemente fue declarado como inconstitucional por la Suprema Corte.
Esto debe ser un llamado de atención para los legisladores de MORENA y sus aliados que tienen la instrucción de aprobar esta iniciativa sin un debate profundo y a la altura. Además, esta iniciativa implica otros dos grandes riesgos: 1) la eliminación de las subastas para la ampliación de energía y 2) la dotación de facultades a la CRE y a la SENER para negar permisos y cancelar contratos con empresas privadas. Insisto, esto es inconstitucional y contradictorio a lo expuesto en la propia exposición de motivos que señala que esta reforma “permitirá una competencia en condiciones de equidad entre los participantes de mercado”.
De aprobarse, los mexicanos nos enfrentaríamos a un aumento de tarifas, de por sí impagables, y a la necesidad de mayores subsidios que deberían estar destinados al sector salud y la atención de la peor crisis que hemos enfrentado. Hoy, el enfoque del Gobierno Federal debe estar en atraer inversiones, generar empleos y, sobre todo, proteger la salud de los mexicanos, no en impulsar iniciativas que lo único que hacen es hundir aún más a nuestro país.