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Diego Cedillo
Es sábado, estimadas y estimados lectores, como bien saben este columnista brindará con las y los amigos, en esta ocasión será con un gin tonic por el lamentable fallecimiento del príncipe Felipe de Edimburgo. Dicha bebida, se garantiza, es la favorita de la Reina Isabel II.
Ante el principio del fin de una etapa en la monarquía inglesa, su versión mexicana debería poner sus barbas a remojar pues no se debe olvidar aquella hegemonía priista, digna de compararse a una dinastía. Seguramente si Díaz Ordaz estuviese con vida, se volvería a morir de la vergüenza al ver cómo el actual dirigente, Alejandro Moreno, se encuentra aliado con su acérrimo enemigo, el PRD, dirigido por Chuchito Zambrano, con la única finalidad de “conservar el hueso” –perdón, error de redacción, ¡el gin ya hizo efecto!–, me refería a conservar el registro del partido.
Lo peor es que en Monterrey, donde ocurrió dicha alianza electoral, el candidato priísta Francisco Cienfuegos va perdiendo las encuestas, contra elhijo –irónicamente– de un expriísta: Luis Donaldo ColosioJr. Queridoslectores¿quiéncreenqueesté más desilusionado y decepcionado del PRI, Carlos Salinas, Enriquito Peña o el mismo Alito Moreno? convencido que está sepultando al partido que fuese el más importante en México, hace tan sólo 30 años.
POST-IT. ¡Vaya! trifulca que se armó entre la secretaria de Gobernación, Sánchez Cordero, y Lorenzo Córdova, presidente del INE. Resulta que doña Olga, tachó a Córdova Vianello de ser un árbitro que busca el aplauso y no la neutralidad; sólo le faltó decirle que se parecía al “Chiquimarco” (exárbitro mexicano polémico, acusado hasta de lavado de dinero). En esta ocasión la ministra pudo defender con gallardía la democracia mexicana, ¡enhorabuena! Sin embargo, como en toda batalla, Sánchez Cordero seguramente resultó herida
ya que en “la Mañanera” del viernes no dejaba de toquetearse el meñique del pie izquierdo.
Lectoras, lectores y lecteres (no olvidemos el lenguaje incluyente) ¿creen que dicha acción por parte de la titular de Gobernación haya sido un vestigio de la “batalla” ganada contra Lorenzillo Córdova, ante tremendo puntapié que le atinó en la defensa de las y los votantes? o ¿simplemente esa mañana Doña Olga, al levantarse con el pie izquierdo, se golpeó con el buró de su cama?