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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS
@guerrerochipres
La reducción en la incidencia delictiva resulta de la voluntad ciudadana para denunciar y de la determinación institucional de construir con ella una nueva civilidad combatiente de toda impunidad.
A cuatro años de la inauguración de la sede Iztapalapa del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México se ha consolidado un modelo de intervención social y territorial a través de la colaboración entre ciudadanía, empresarios y autoridades.
Desde la capital nacional, como Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum desarrolló una estrategia ejemplar de combate a la delincuencia donde la denuncia ciudadana ha sido clave. Y nos permitió acompañarla.
Este proyecto continuado por Martí Batres y el cual Clara Brugada promovió en la alcaldía con la integración de organismos civiles a programas como Siempre Vivas o campañas contra la extorsión como lo hizo con el Consejo Ciudadano, posibilitó bajar la incidencia delictiva más del 50 por ciento.
Así como en las familias o en la comunidad, es en las aulas, ahí regresan este lunes más de 1.2 millones de alumnos de educación básica en la CDMX, donde se comparte la base de todo civismo. Ahí se genera el espacio por excelencia para la edificación de entornos de convivencia armoniosa y cooperativa.
Aunque hay un cambio evidente, todavía falta mucho para alcanzar un compromiso pleno con los procesos sociales fundamento de la civilidad. Contribuir, por ejemplo, a la justicia implica la atención a los medios y herramientas de la misma.
Así se evitarán situaciones como la del secretario general del PRI, Tonatiuh González, quien fue llevado por la FGJ a declarar en el proceso contra el exlíder priísta Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre por Trata de Personas, luego de evadir citatorios.
Los caminos de la civilidad son variados y demandan atención.