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Juan Hernández
Desde hace varios meses, se ha hecho patente la necesidad de realizar reformas al Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México en materia de sanciones administrativas a los usuarios de motocicletas, que han abusado del uso de este vehículo.
Y no es referirse a los llamados “bikers “que son organizaciones que reglamentan el uso de las motos, todo dentro de un marco de la ley y de “manera sana y cordial”.
Los fines de semana, principalmente en la noche, varias partes de la Ciudad de México se han vuelto escenario de las llamadas rodadas del terror, en las que cientos de motociclistas toman por asalto las principales avenidas, creando caos vehicular y anarquía.
El problema principal no es solo el caos vial de los grupos de motociclistas, sino también que este vehículo ha sido usado por grupos de delincuentes para realizar actividades de robos a transeúnte y transporte público.
Los accidentes en moto, atropellamientos y muertes en “potro”, son debido a la falta de pericia de los conductores, quienes, ante la falta de instrumentos administrativos y sanciones más severas, invaden carriles exclusivos de ciclistas, se estacionan en espacios peatonales, no respetar las vialidades del programa “Muévete en Bici” e incumplen con las disposiciones en material vial y sobre los carriles exclusivos del transporte público del sistema de movilidad integrada.
La ciudadanía ha hecho la exigencia de frenar estos abusos, y han pedido al Congreso de la CDMX expedir nuevos lineamientos para el uso de estos vehículos, lo cual ha desatado la inconformidad de los motociclistas que se han manifestado en contra de estas medidas.
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