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abril 20, 2024

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Arreando al Elefante | Vivimos momentos estelares

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Ricardo Sevilla

Ayer, durante su conferencia mañanera, el presidente López Obrador propuso desterrar las prácticas de manipulación, la compra del voto, la intimidación, el dedazo, el tapado, la imposición.

Y hace bien el presidente el proponerlo, porque, a esta hora −todo mundo sabe o debería saber− que la manipulación busca generar comportamientos maniqueos con la intención de favorecer intereses personales o de grupo.

La imposición es uno de los peores cánceres de la democracia en México. Y es que, durante sexenios, y a través de diferentes técnicas, los partidos y grupos políticos conservadores pusieron en marcha una estrategia destinada a conseguir que las acciones, el pensamiento o las emociones de otra persona o grupo de persona cambiara.

Y eso fue lo que, durante décadas, utilizó el PRI en el Estado de México: emplearon una metodología para controlar y utilizar a las masas y llevarlas a su terreno con ideas sustentadas en mentiras y falacias.

A través de las redes sociales, hay que decirlo con todas sus letras, ha aumentado esta manipulación, puesto que actualmente es una de las principales fuentes de información. Pero, afortunadamente, la gente está más informada y cada vez más politizada.

Hoy, las personas ya saben perfectamente que la oposición recurre a la utilización de granjas de bots en las redes sociales, especialmente Twitter, incluso para mantener conversaciones como si fueran humanos. El pueblo ya sabe que los grupos neoliberales son capaces de dilapidar auténticas fortunas en hacer viral un tema que les interese.

Pero ayer el presidente López Obrador planteó algo muy interesante y que valdría muchísimo la pena llevar a cabo: que se terminen las prácticas de manipulación, que se termine el dedazo, esa práctica deleznable y absolutamente antidemocrática que llevaron a cabo los líderes del PRI.

Y eso, afortunadamente, ya está ocurriendo, porque la victoria del domingo sobre el PRI, sobre las huestes del grupo Atlacomulco, no es anecdótica: es un hecho histórico que ha quedado anotado en los libros de historia de este país. No cabe duda de que nos está tocando vivir tiempos estelares, como diría el escritor Stefan Zweig.

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