10 lecturas
Ana María Vázquez
La imagen de una gran manta que pendía en el primer cuadro de la CDMX con García Luna al centro del logo del PAN y el hashtag #GarcíaLunaNoSeToca,
fue rota por algunos de los manifestantes que la rasgaron; en segundos, quisieron borrar la marca de la delincuencia en un partido que ha ido hacia abajo,
quemado en la propia hoguera con la que incendiaron Vicente Fox y Felipe Calderón al país.
La “marcha”, convocada por organismos de la pseudo sociedad civil y pagada con bastante dinero, se financió en parte por todas las fundaciones a las que Claudio X. ha dado su “sello de garantía” (MeXicanos Contra la Corrupción, Va por MéXico, Unidos por MéXico, etc.)le pertenecen tanto como cree que le pertenece el país al que vendieron y desangraron. Sin empacho alguno, ofrecían 100 pesos a la entrada al autobús, con la promesa de otros 400 al terminar la manifestación con la rigurosa consigna de estar puntualmente a las 8:30 am en los puntos citados.
La consigna era tirar el llamado Plan B, (ya aprobado, por cierto) y hacer que la Suprema Corte invalide la decisión; tomando en cuenta que desde la entrada de la ministra Piña ha estado tan benevolente, no dudo que hagan algo al respecto. Lo nefasto es que de nuevo sigan engañando al pueblo, deslindándose de los nexos con el narcotráfico que están absolutamente probados en partidos como el PAN, quien llama a la marcha con el engaño de que se le quitarán la credencial a la ciudadanía y se reducirán sus derechos. Nada más falso, sin embargo, la explosión mediática pagada se vale de esta y otras mentiras e infundiendo la cultura del miedo, pretende derogar los avances de la 4T.
Sería bueno que por una vez hablaran con la verdad y dijeran por ejemplo que al señor X le duele no mangonear al gobierno como lo hizo su padre desde
el sexenio de Carlos Salinas y hasta el de Peña; que los principios con los que militó en el PAN Manuel J. Cloutier, vilmente asesinado en Culiacán, distan
mucho de los que hoy enarbola ese moribundo partido; que Calderón y el PAN sabían de las acciones que el ejecutivo solapaba y encubría pero era más fácil
callar a terminar presos o desaparecidos. Otra de las convocantes, Claudia Ruiz Massieu, cuyo padre fue asesinado por el salinato que sin empacho alguno
condena a este gobierno cuando debería condenar a los verdaderos asesinos.
