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04/12/2019 05:07 / Cunduacán, Tabasco
A unos días de que la alcaldesa Nidia Naranjo Cobián rinda su primer informe de actividades, un nuevo escándalo sale a la luz pública, demostrando a la ciudadanía que el gobierno local que dirige está plagado de viejos vicios como la corrupción, tráfico de influencias, y sobre todo el abuso de autoridad.
Tan solo 365 días de “austeridad”, han bastado para que dentro de su Administración ya se estén gestando las nuevas “camadas” de ricos, tal como ha trascendido en redes sociales con el esposo de la Contralora, quien ya se habría convertido en ranchero, ganadero y dueño de concesiones de transporte público.
Lo preocupante es que los regidores, integrantes del actual Cabildo, se encuentran “sordos, ciegos y mudos”, siendo la mayoría de ellos beneficiados con concesiones para realizar obras sociales por medio de prestanombres.
Y es que, es bien sabido que bajo la bandera de la llamada “austeridad republicana”, la primera regidora, no ha hecho más que adquirir un parque vehicular de alrededor de 40 unidades, con la finalidad de que sus funcionarios públicos tengan para andar bien “enclimados”.
Pero, a la vieja usanza priista, los funcionarios públicos utilizan sus tráficos de influencia para hacerse de ranchos, casas, vehículos de recientes modelos, tal y como se cuestiona a David Cañas, esposo de la actual Directora de Contraloría, Fanny Gómez Vidaña, a quien se señala como nuevo magnate del transporte.
David Cañas y su mujer, la Contralora, hacen y deshacen al interior del Ayuntamiento, pues son juez y parte en la ejecución de las obras sociales, desconociéndose sí el nuevo dueño de concesiones de transporte público, es empleado directo de la Administración.
Lo cierto es que los hijos putativos de la alcaldesa han pasado a vivir a la opulencia gracias a la “cuarta transformación”, pues recientemente se denunció que David Cañas adquirió la concesión de una unidad Van de las amarillas con blanco, con número 1113, la cual pertenecía al extinto Jesús Gallardo.
La transacción habría costado 800 mil pesos.