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Por Eduardo López Betancourt
Una importante entidad de nuestro País mantiene condiciones sumamente complicadas y es el caso de Chiapas, estado que se ha visto sacudido por el narcotráfico, donde, de pronto los cárteles han ocupado todo su territorio, causando infinidad de dramas, uno de ellos, el desplazamiento de familias completas, quienes han emigrado a Guatemala.
En los municipios de Tila, Frontera Comalapa, Chicomuselo, entre otros, miles de personas se han visto agredidas por el crimen organizado, proveniente particularmente de Sinaloa, siendo tal la inseguridad que insistimos, han tenido que huir con sus pertenencias para salvar la vida; al respecto, el Jefe de la Nación ha expresado su preocupación ante la severa conflictiva. Las razones son fundamentalmente que los grupos delictivos han tomado pueblos enteros, para imponer sus leyes, orientadas esencialmente a la producción y tráfico de enervantes.
Los grupos de malhechores operan con tal descaro e impunidad, que realizan desfiles por las calles de las poblaciones, mostrando su armamento y vehículos blindados, sin que absolutamente ninguna autoridad los detenga o impida esos actos, con los que solo dejan en claro, de manera preocupante, que tales territorios están bajo su absoluto control; por su parte, los militares adscritos a la zona, se ven imposibilitados para actuar, dado que las células de la mafia los superan en número en forma impactante.
Urgen acciones radicales por parte de los gobiernos de todos niveles, para rescatar a Chiapas de una situación que mantiene en angustia a la población civil, más aún, por el desgobierno que se está dando con intensidad en diversas latitudes del territorio mexicano y que, en Chiapas, ha alcanzado escalas preocupantes y de consecuencias impredecibles.