Síguenos

¿Qué estás buscando?

Voces

Arreando al elefante | La vida embotellada

52 lecturas

ANA MARÍA VÁZQUEZ
@Anamariavazquez

Me acuerdo que cuando oí esa entrevista me reí, pensaba lo mismo que Gutiérrez Vivó cuando le preguntó al entrevistado: ¿Quién querría embotellar el agua?, sería 1980 o antes, no me acuerdo -Raúl movía la tierra seca con una vara mientras me contaba- mire, yo crecí acá en Arteaga, imagínese, hace 76 años que es mi edad, aquí era puro verde, el agua era de lo que más había, ¿Quién iba a pensar en meterla en una botella?, como si fuera el genio de la lámpara del cuento, ¿no?. -Sonrió y su mirada se perdió en el horizonte. Luego -continuó- llegaron los aguacateros, era negocio, los gringos lo querían, pero había agua; un día, así de la nada vi la primera botellita, ¡qué ocurrencia, pensé, quien va a comprar lo que aquí hay de sobra!, pero los años pasaron y un día, sin darnos cuenta, el gobierno vendió lo nuestro y ni supimos a quién, de la noche a la mañana desviaron el primer río y luego se hicieron con parte de la laguna, apretaditos pero todavía alcanzaba para la siembra y la lluvia nos bendecía, nuestra tierra seguía viva y produciendo, fue entonces cuando llegaron los narcos, poquito a poco, brincando como conejos de un lado para otro, mataron al primer regidor y llegó el miedo, ni los siguientes regidores ni la municipal quisieron ver, se volvieron ciegos y mudos, tampoco los dueños de las fábricas dijeron nada, siempre pensamos que estaban coludidos. -Hizo una pausa, se quitó el sombrero, el gesto de desesperación fue acompañado por un varazo a la tierra seca -de lo que aquí ve, ya nada es nuestro, ni las tierras que nos heredaron, ni la cosecha, ni la casita que con esfuerzo fincamos…y el agua, ¿pos cuál?, la que no está sucia tiene dueño y más vale que ni te acerques porque te meten bala. Ahora hasta el lago de Cuitzeo se está secando, ¿y cómo no?, si llegaron con las máquinas a planchar la tierra y dejarla pelona, igual que como hicieron en esta ranchería, y secaron el río y mataron la cascada…igualito ¿y quien les dijo nada?

Se secó el sudor de la frente y me dejó ahí, dando por terminada la conversación. Lo vi entrar a la tienda y salir con una botella de agua, me la mostró a lo lejos mientras sonreía tristemente.

Te puede interesar

Advertisement