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Juan Hernández
Tal parece que a la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, le duró poco el “extender la mano para trabajar de manera coordinada con el Gobierno de la Ciudad de México”, toda vez del show que armó con su “Operativo Diamante”, en el que más que destacar la parafernalia de las motos y los uniformes, se dejó en evidencia su profundo desconocimiento de la ley, así como el del resto de sus “subordinados”.
Tal y como lo marca la Ley de Procedimiento Administrativo de la Ciudad de México (por si no lo sabe hay un marco normativo y una serie de reglamentos) no se puede retirar de manera unilateral los enseres sin avisar a los dueños de los restaurantes.
El espectáculo del “Operativo Diamante”, lo único que hizo fue criminalizar a los restauranteros y dejar al descubierto que si Sandra Cuevas (en la muuuy remota posibilidad) llegara a ser la Secretaria de Seguridad Pública (en sus sueños guajiros), habría una bota de hierro sobre los ciudadanos.
Las leyes se hicieron para respetarlas. Lo curioso es que, en las dirigencias del PAN, PRD y PRI capitalinos, hay un misterioso silencio ante este operativo evidenciado en redes sociales, en los cuales los internautas demuestran a través de sus videos, la prepotencia y violencia con la que se actúa hacia los restauranteros que trabajan, dan empleos y pagan impuestos.
¿Estarán dispuestos el PAN, PRI y PRD a pagar el costo político de toda esta parafernalia de cara al 2024? ¿Darán un posicionamiento para desmarcarse o en todo caso, para justificar estas acciones? El silencio también los hace cómplices y la ciudadanía, probablemente les pasará la factura en las próximas elecciones. Al tiempo…