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Ricardo Sevilla
Definitivamente, los personajes que han salido a respaldar a Xóchitl Gálvez son un hatajo de impresentables. A la candidata de Claudio X. González, que ha recibido, en cascada, el apoyo de los habituales porristas del corporativismo, ahora hay que agregar a un puñado de sujetos francamente espeluznantes.
Y es que, al darse cuenta de que no basta con sus granjas de inteligencia artificial, los voceros de Claudio X González decidieron poner a la cabeza de esas huestes de bots a un grupo de personajes que dan miedo. Y dan miedo, no precisamente por su gran capacidad organizativa, sino por su enorme disposición para ensuciar y manipular todo.
Y en eso, los intelectuales del corporativismo, como Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, juegan un papel esencial. De hecho, nuestras fuentes nos dicen que ya fueron instruidos para darle todo el apoyo a Xóchitl Gálvez. La decisión ya fue tomada. Y en esa decisión han participado los mismos empresarios que siempre han odiado el lopezobradorismo: Germán Larrea, Agustín Coppel, Alejandro Ramírez, Gustavo de Hoyos, Manuel Arroyo, Alejandro Junco de la Vega y la familia Vázquez Raña, entre muchos otros.
Ellos tienen dinero y medios de comunicación. Y son precisamente ellos quienes han ordenado a sus títeres salir a dar la batalla por una candidata de la derecha: Xóchitl Gálvez.
Y no debe extrañarnos. En procesos electorales pasados, estas cúpulas políticas y empresariales se han puesto de acuerdo y se han unido para actuar contra la voluntad popular y ahora, con la elección en puerta, se repite la historia.
Y no debe extrañarnos. En procesos electorales pasados, estas cúpulas políticas y empresariales se han puesto de acuerdo y se han unido para actuar contra la voluntad popular y ahora, con la elección en puerta, se repite la historia.
Y es que Xóchitl Gález no es nada de eso. Y no solo está muy alejada del pueblo, sino que, en los cargos que ha tenido, siempre le ha dado la espalda a la ciudadanía. Pero, ese es el menor de los problemas. El mayor de sus defectos es que se trata de una marioneta cuyos hilos serán movidos por la cúpula empresarial que desea volver a conquistar el poder.
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