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Alejandro Armenta Mier
El agua es un elemento indispensable en nuestra vida, ya que posee características que la convierten en una sustancia muy preciada para la humanidad pues nos permite vivir dignamente.
El artículo 4, párrafo 6 reconoce al agua como derecho humano, señalando que: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.
Además el artículo 27 indica que la propiedad de las aguas corresponde a la Nación y el artículo 115 establece que corresponde a los municipios brindar el servicio de agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de aguas residuales.
El agua es vida y de ahí la necesidad de que sea un derecho, pero lo más importante es que aprendamos a cuidarla y aprovecharla.
Como legislador, he presentado iniciativas que contribuyen a su cuidado, como la iniciativa del aprovechamiento de aguas residuales. Si bien es cierto que el Estado deberá garantizar este derecho, como ciudadanos tenemos el compromiso y la responsabilidad de cuidarla y reciclarla para lograr un máximo aprovechamiento.
