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Juan R. Hernández
Pues resulta que ni tan víctimas ni tan palomitas blancas (y eso que no es 28 de diciembre). Hace unos días se dio a conocer la renuncia masiva de poco más de 42 directores y funcionarios de la alcaldía de Milpa Alta.
Nos comentan, que dentro de este tsunami de renuncias, muchos de esos empleados eran herencia de Octavio Rivero a la alcaldesa Judith Vanegas, y a la hora de pedirles cuentas, a 5 se les encontraron presuntos actos de corrupción, gastos injustificados y hasta expedientes y denuncias por maltrato a trabajadores.
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Otros más iban por el mismo camino, sin contar que, en muchas ocasiones, hubo abiertas discusiones con la gente de confianza de la alcaldesa. Los heredados se sentían protegidos por el exalcalde (hoy flamante diputado neo morenista) y en una intentona golpista renunciaron.
Pero, tal parece que no van a regresar. Y hablando de intentonas, un video que circuló de una presunta agresión a un vendedor en Coyoacán, no fue agresión y sí un show montado por el “agredido”, que en realidad era un líder de locatarios que impedía a una pareja de adultos mayores abrir su puesto.
