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Los periodistas de espectáculos se cooperaron para comprar 25 arreglos florales en correspondencia al amor que les dio
Chucho Gallegos
Ciudad de México.- La “última voluntad” de Carmen Salinas, que algún día comentó a su familia, fue cumplida: “Rodear su cuello con el collar de esmeraldas, que era la joya favorita de la actriz, y así lució inerte en el féretro”, nos compartió Juan Osorio, productor de las últimas tres telenovelas que grabó la Primera Actriz. Juan nos comentó:
“Llegué temprano a la funeraria, di el pésame a la familia y ví a mi querida amiga por el cristal del féretro con su collar favorito, su blusa blanca de seda. Su rostro reflejaba paz, me impresionó el color sonrosado de su piel. Tomé una rosa, la besé y la deposité sobre el cristal del ataúd. Me acerqué y le dije: ‘Mami, ya te vas reunir con tu hijo Pedrito, con tu hermano El Chato Cejudo. Desde donde estés, cuídanos’”.
La actriz murió antier, 9 de diciembre, luego de un mes de luchar por su vida en el hospital Star Medica de la colonia Roma, a donde fue llevada de emergencia el 10 de noviembre, inconsciente a causa de un derrame cerebral, que finalmente le causó un paro respiratorio. Un dato curioso, dos horas antes de su deceso, su hija Maru la vio y le dijo:
“Mamá, si ya te quieres ir, vete tranquila. Nosotros estamos bien” y se especula, porque nadie podría saberlo, solo Dios, que luego de escuchar las palabras de María Eugenia, la actriz se durmió para siempre.
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En cuanto se supo la noticia de su partida, en la madrugada de ayer, empezó a llegar gente del público, formando filas muy largas para ingresar ordenadamente a darle el adiós a una de las actrices más populares del cine, televisión, teatro y depositar rosarios, fotos, posters, veladoras, y hasta versos y poemas. Hoy a las 11 de la mañana se cierra la capilla para llevarla al crematorio y después partir el cortejo fúnebre hacia el panteón Francés, para depositar la urna en la cripta familiar, al lado de su hijo Pedrito Plascencia, con quien vivió la dolorosa impotencia de ver que el cáncer lo consumía en medio de dolores insoportables, al grado que Pedro le decía que pensaba en el suicidio.
Algo pocas veces visto es la respuesta de los periodistas de espectáculos, que correspondieron al gran cariño que siempre nos dio. Fue numerosa su presencia, calculada en más de un centenar. Los reporteros cooperaron con dinero para comprarle flores, hasta juntar diez mil pesos para comprar 25 arreglos florales, entre coronas y demás manifestaciones de amor.
Carmen fue madrina de Basta! en su primer año de vida y nos dijo: “Basta! vivirá muchos años”. Nos hubiera gustado que nos acompañara más tiempo. Su recuerdo está en todas las páginas de nuestro diario, el periódico de la ciudad. Hasta pronto madrina.
