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Diego Cedillo
El diálogo entre dos tabasqueños se dio la mañana del miércoles. Se dice en el equipo cercano del presidente López Obrador, que tras bambalinas el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, refirió el término: “¡Ay mojo!”, aduciendo a incredulidad, con respecto a las dudas que tiene el núcleo cercano del mandatario hacia la confianza que se tienen.
Resulta, para el conocimiento de todas y todos mis lectores, que don Octavio es uno de los grandes amigos de Andrés Manuel; paisanos con sólo seis años de diferencia, seguramente Romero Oropeza podría ser catalogado como unos de los entes cercanos al Presidente. Más de una y un mexicano notaron esta deferencia en su aparición que hizo ayer en la mañanera, secuela más que esperada.
No habrá que olvidar que el actual director de Pemex, fue el Oficial Mayor del oriundo de Tepetitán, cuando AMLO era jefe de Gobierno en la CDMX. Para dato curioso, don Octavio estuvo parado toda la conferencia de prensa que duró más de dos horas. La amistad, por lo que se vislumbra, es de ambas partes; seguro esa lealtad no la tiene ni Obama.
Aprovechando la coyuntura tabasqueña, vaya que la Suprema Corte le un dio “majaguazo” al góber Adansito Augusto López Hernández, esto con base en que se invalidaron las reformas aprobadas en Tabasco en 2019, referentes a penalizar las protestas legítimas, lo que se conoció como “Ley Garrote”.
Quizá este sábado que el presidente Andrés Manuel López Obrador visite Tenosique, en la supervisión del Tren Maya en el tramo 1, tenga una plática con Adansito y le recuerde la premisa del Gobierno federal: “prohibido prohibir”. Hay que hacer su tarea señor gobernador de Tabasco, no lo vayan agarrar en paños menores.
POST-IT.
Recientemente, el Gobierno dictó una orden de aprehensión de tres años en contra de un expresidente, por corrupción y tráfico de influencias; lamentablemente esto ocurrió en tierras galas, en particular aquella región de la bandera color azul, blanco y rojo. Resulta que Nicolas Sarkozy, expresidente de Francia entre 2007 y 2012, fue detenido. Con esto, más de un exmandatario pondrá sus barbas a remojar. Estimadas y estimados lectores, hagan sus apuestas. Yo empiezo por Jelipillo Calderón, ¿y ustedes?… ¡Salud!