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La minera incumplió con la comunidad de Carrizalillo con la remediación ambiental, indemnizaciones y obligaciones legales.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- Desolación, zonas arrasadas, enfermedades y contaminación extrema, es lo que dejará en Guerrero minera canadiense Equinox Gold, que explotó sin control las tierras de Carrizalillo. La empresa suspendió operaciones en su mina Los Filos el 1 de abril de 2025, tras no renovar el acuerdo con la comunidad, pero se negó a cumplir con la remediación ambiental, indemnizaciones y obligaciones legales.
Los daños son cuantiosos: más de 10 mil hectáreas degradadas, fuentes de agua envenenadas con metales pesados y pérdidas económicas que superan los 2 mil 500 millones de pesos para las casi 200 familias afectadas.
Equinox Gold, en cambio, reportó ganancias récord: 145 mil onzas de oro producidas en el primer trimestre de 2025, con ingresos que superan los 360 millones de dólares.
El complejo minero Los Filos, operado por empresas canadienses desde el año 2000, incluyó tres minas a cielo abierto y operaciones subterráneas, procesando el mineral mediante lixiviación con cianuro, técnica que ha contaminado suelo y agua.
A pesar de su cierre, la empresa evade su responsabilidad: ofreció reducir en un 90% el pago por tierras a la comunidad y se negó a rehabilitar la zona. La Mesa Agraria de Carrizalillo denunció que la contaminación ha causado enfermedades irreversibles en la población, mientras Equinox Gold fusiona con Calibre Mining para convertirse en el segundo mayor productor de oro de Canadá.
La resistencia de la comunidad llevó a una protesta pacífica de dos meses frente a la mina, exigiendo justicia. Autoridades como la Profepa iniciaron investigaciones por daño ambiental, y la presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que la empresa debe remediar los impactos.
Sin embargo, Equinox Gold sigue presionando con demandas y amenazas, incluso intentando despojar a los ejidatarios de sus tierras. Mientras, en foros internacionales, la empresa presume su “sostenibilidad”, pero en Guerrero su legado es muerte, pobreza y tierra envenenada.
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