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Las carreteras de México enfrentan un problema creciente, donde los vehículos pesados que transportan cargas excesivas, dañan la infraestructura vial, poniendo en riesgo la vida de los conductores y peatones. Nótese, la ambición de los transportistas por aumentar sus ganancias ha llevado a una situación crítica, así, vehículos con más de 20 llantas y decenas de toneladas de peso, causan deterioros irreparables al pavimento que generan congestiones y accidentes.
La corrupción entre funcionarios y transportistas es un factor que contribuye a este problema, permitiendo abusos y ocultando las normas bajo las cuales deben circular estos vehículos, que insistimos, causan accidentes que dejan muertes y heridos; los frenos fallan y los conductores no pueden controlar su carga, sin dejar de lado los costosos reparos y mantenimiento viales.
Es hora de tomar medidas, establecer límites claros y estrictos para el peso y tamaño de los vehículos pesados; implementar un sistema de regulación efectivo para prevenir abusos; fomentar el uso de vías férreas para la carga, reduciendo la presión sobre las carreteras; establecer horarios nocturnos para los vehículos pesados en las ciudades e invertir en infraestructura vial moderna y segura.
El actual gobierno ha anunciado planes, precisamente para incrementar las vías férreas, mejorar el transporte de carga y pasajeros. Lo anterior, sin duda es un paso en la dirección correcta.
Debemos apoyar estas iniciativas y exigir cambios, priorizar la seguridad y el bienestar de todos. Los vehículos pesados deben ser regulados y controlados para evitar más daños y tragedias. ¡Es hora de actuar!