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Arreando al Elefante| Martínez Cázares, el senador chapulín

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Ricardo Sevilla 

La UNAM no puede divulgar información sobre la ministra Yasmín Esquivel. Y si lo hace contravendrá la orden emitida por la jueza quinta de Distrito en Materia Administrativa, quien admitió el recurso de amparo a favor de la integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Eso quiere decir que la UNAM, que está secuestrada por una horda de corruptos, no debe emitir comunicados o realizar conferencias de prensa donde se ofrezca información relativa al caso.

Pero Germán Martínez Cázares, que nunca fue a la UNAM, sino a La Salle, salió a despotricar contra la ministra Esquivel. El senador, que llegó a MORENA falsa e hipócritamente, para después traicionar a ese partido, dice que el amparo de la ministra es “pirata”, es decir: “falso”.

Qué curioso que Germán Martínez hable con tanta ligereza de piratería y de falsedades. Este sujeto, que fuera el inepto y corrupto secretario de la Función Pública durante el gobierno espurio de Felipe Calderón, es el menos facultado para hablar de robos,
piratería y falsedades.

Porque si hablamos de fraude, sobre eso sabe mucho más su amigo y protector Felipe Calderón, quien se robó la presidencia en 2006. Y si hablamos de engaño, de timo y de estafa, de eso tiene cualquier cantidad de tesis doctorales el PAN, partido del que este sujeto fue presidente nacional.

Si Martínez Cázares se propone lanzar improperios contra los tramposos, los falaces y los atracadores, debería tener mucho cuidado porque esas diatribas podrían caer sobre su propia cabeza.

¿O qué? ¿Creerá que la gente ya se olvidó que llegó tramposamente al seno del lopezobradorismo cuando Ricardo, “el Cerillo” Anaya lo ignoraba olímpicamente? ¡Por favor! Aquí el único timador, el único senador pirata es él. Que no se nos olvide que ese señor se acercó, zalameramente, a la Cuarta Transformación cuando ya nadie lo quería en el PAN.

Y, apenas logró una senaduría plurinominal, sacó el cobre. Porque apenas se vio imposibilitado para robar, se lanzó al cuello de
AMLO. Porque Germán Martínez, la verdad sea dicha, siempre ha sido un político transa y chapulín.

Un pajarraco que se detiene en cualquier lugar donde le den alpiste.

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