6 lecturas
Alejandro Armenta Mier
La Reforma Energética es un paso decidido rumbo a la modernización del sector energético de nuestro país, sin privatizar las empresas públicas dedicadas a la producción y al aprovechamiento de los hidrocarburos y de la electricidad.
Los ejidos y comunidades agrarias son la forma de tenencia de la tierra que abarca mayor superficie en el campo mexicano; ellos ofertan una importante producción agropecuaria y en sus suelos están la mayor parte
de los montes, áreas forestales, manglares, costas, agua, minas y diversos atractivos naturales.
Por otro lado, las sociedades cooperativas las entendemos como forma de organización social integrada por personas físicas con
base en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la realización de actividades
económicas de producción, distribución y consumo de bienes y
servicios.
Es por ello, que el pasado dos de marzo presenté un punto de acuerdo donde se exhorta al Centro Nacional de Control de Energía, a la
Comisión Reguladora de Energía y a la Secretaria de Energía, para que dentro de sus facultades las cuales le competen se considere asentar en la resolución de la reforma eléctrica la participación del capital social, estimado del 46 por ciento para el capital privado a miembros del núcleo ejidal, cooperativas y cualquiera que esté interesado en ello, debiendo acreditar su nacionalidad Mexicana para poder participar en un cambio histórico que se podría dar en el país.