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Rodolfo Mondragón
-No solo los vagones de Metro siguen siendo un tianguis, Lupita, ahora también las estaciones de transferencia, donde cientos de mujeres se han apropiado de los pasillos
-Uy Chabelita, y eso que la directora del Metro se comprometió a acabar con los vagoneros, a las feministas va a ser más difícil sacarlas.
-Cómo cree que las van a sacar Lupita, si hasta parece que los policías y vigilantes del Metro se encargan de brindarles seguridad.
-Lo mismo pasa Chabelita con los vagoneros, que van de vagón en vagón vendiendo cualquier tipo de mercancías, desde cubrebocas, audífonos, hasta libros y chocolates pirata, en las narizotas de los policías, y nadie los molesta.
-Tiene razón Lupita, a ellos que se sienten dueños de los vagones del Metro nadie los molesta, pero sí son una molestia y amenaza para quienes viajamos en el Metro, porque son muy agresivos.
-Así es Lupita, si a los polis les va como en feria cuando los quieren sacar, imagínese a los usuarios, yo vi cómo golpearon a un señor solo porque se quejó que lo empujaron.
-Ahí siguen y seguirán porque sus líderes se mochan con los vigilantes y polis y hasta con los meros jefes para que los dejen “trabajar” libremente, Chabelita.
-Cómo no, el Metro es un mercado en potencia, por el número de personas que lo usamos todos los días, las ganancias deben ser muy buenas, Lupita.
-Sin dudas Chabelita, por eso cada línea tiene su propia organización, son más de cinco mil, con sus respetivos líderes y son ellos quienes se encargan de repartir los moches.
-Mal y de malas el Metro Lupita, antier se descarriló un tren en la Línea tres,
que va de Indios Verdes a Universidad, por fortuna no hubo afectaciones, dicen los trabajadores que fue por falta de mantenimiento, porque no cuentan con las herramientas necesarias para hacer su