Síguenos

¿Qué estás buscando?

EdoMex

VENDEN AGUA DE LAS PIPAS A PRECIO “VIP”

Visitas

Vecinos de Coatepec, en Ixtapaluca, acusan al ayuntamiento de extorsión disfrazada al exigir pagos por servicios inexistentes. Sin red hidráulica ni drenaje.

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

La paciencia se agota en Coatepec, Ixtapaluca, donde cientos de familias viven entre la frustración, el coraje y la impotencia. Lo que comenzó como una promesa de desarrollo se convirtió en una pesadilla de cobros injustificados y servicios ausentes.
Las tarifas por agua potable y drenaje se elevan sin control, aunque en la práctica, aseguran los vecinos, no hay ni rastro de una red hidráulica funcional. Y lo peor, dicen, es que las autoridades ya ni siquiera simulan que les importa.

“Es un robo disfrazado de recibo. Nos están cobrando por algo que no existe. ¿Cómo puede ser justo pagar por un drenaje que nunca llegó y por agua que tenemos que comprar en pipas?”, se pregunta Jorge Mendoza, padre de familia.
La indignación no es nueva, pero este año alcanzó su punto de ebullición. Con gastos mensuales que rebasan los 900 pesos solo para garantizar el acceso mínimo al agua, muchos hogares enfrentan un dilema doloroso: pagar por el líquido o dejar de cubrir otras necesidades básicas.

La historia se repite en cada esquina del barrio. Laura Torres, madre de tres hijos, cuenta que cada mes necesita entre dos y tres pipas para abastecer su casa. “Hacemos malabares. A veces no nos alcanza ni para jabón o papel de baño, pero lo primero es el agua, aunque sea sucia”, dice resignada.
El municipio, acusan, no ha regulado a los proveedores particulares, que venden el agua como si fuera un bien de lujo. “Si no tienes para pagar, te aguantas. No hay nadie que ponga orden”, denuncia Rubén Hernández, quien ha encabezado varias solicitudes de apoyo ante el ayuntamiento.

En el fondo, lo que más duele no es el cobro, sino el abandono. Los vecinos recuerdan que, en campaña, el alcalde Felipe Arvizu prometió soluciones integrales y una infraestructura digna. Cuatro años después, aseguran que todo fue una farsa. “Vienen, se toman la foto y se van. Mientras tanto, nosotros seguimos cargando cubetas desde la calle. Así no se puede vivir”, lanza Gabriela Soto, comerciante de la zona.

TE PUEDE INTERESAR

 

Te puede interesar

Advertisement