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Por Jorge Gómez Naredo
Uno de los temas con el cual la derecha más ataca a los gobiernos de la Cuarta Transformación es la inseguridad. Los conservadores suelen soltar declaraciones donde afirman que en México la delincuencia está desbordada, que todo es un caos y que no hay avances en el tema.
Por ejemplo, el ex presidente del PAN, Marko Cortés, indicó en septiembre de 2024 que la estrategia de Andrés Manuel López Obrador para disminuir los índices de violencia habían sido un fracaso: “En México vivimos el peor momento de violencia e inseguridad, el gobierno saliente deja un saldo de más de 200 mil personas asesinadas, y niveles récord en extorsiones, desapariciones y el aumento del crimen organizado en todo el país”.
Por su parte, el dirigente del PRI, Alejandro “Alito” Moreno también ha criticado lo que han hecho los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum para combatir la inseguridad, al indicar a principios de este año: “Prometieron abrazos, no balazos, pero entregaron omisión y caos. La estrategia de seguridad fallida ha normalizado la violencia mientras las familias lloran a sus seres queridos y pierden la esperanza en un gobierno incapaz de protegerlos. México merece un gobierno que priorice la vida, que enfrente el problema con valentía y devuelva la paz a nuestras comunidades”.
Sin embargo, estas ruidosas declaraciones están basadas en falsedades. La estrategia que implementó el gobierno de Andrés Manuel no sólo impidió que los índices de homicidios continuaran creciendo (una cruda y alarmante tendencia en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto), sino que los comenzó a disminuir.
En el sexenio que recién comienza, los datos nos muestran que hay una disminución. En septiembre de 2024, el último del gobierno de López Obrador, hubo en promedio 78 asesinatos por día. En este mes de enero de 2025, han bajado a 66.4 diarios, e incluso en el mes pasado, hubo 65.3.
Por supuesto que las cifras de homicidios siguen siendo altas e inadmisibles, pero hay que señalar que el proceso de incremento de asesinatos en el país fue una tendencia durante los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, y tan sólo detenerla, fue un proceso complejo. Y comenzarla a bajar, como lo hizo la administración de López Obrador y que continúa la de Claudia Sheinbaum, es un gran logro.
Así pues, la estrategia no ha fracasado, al contrario, ha funcionado, pero la derecha no lo ve y miente sistemáticamente para culpar a los gobiernos de la 4T de posibilitar la violencia, cuando fueron ellos, los del PAN y el PRI, quienes convirtieron a México en una tragedia.
