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Por Ana E. Rosete
Tras lo caótica que fue la sesión en la Cámara de Senadores, los dimes y diretes, el portazo, el humo de los extintores, los gritos, los palos y demás, el 11 de septiembre quedará grabado en el pizarrón de la posteridad, como el día que ganó México.
Pasada la media noche con una votación histórica por parte de los senadores de Morena y sus fieles aliados se logró la aprobación de la Reforma Judicial que tanto revuelvo ha causado no solo a nivel nacional sino también en otros países.
Desmenuzando un poco el tema, tras convencer a Miguel Ángel Yunes Márquez (a él y a su papá, el exgobernador de Veracruz que lleva el mismo nombre que su vástago), el partido guinda consiguió la mayoría calificada para que el proyecto del todavía presidente, Andrés Manuel López Obrador saliera avante.
¿Cómo habrá sido esa plática entre el panista y los morenistas? Quedó claro que, de acuerdo con fuentes de esta casa editorial, quienes tomaron la batuta de la negociación fueron Félix Salgado Macedonio y Óscar Cantón Zetina, ambos morenistas acompañaron a Yunes y se mantuvieron cercanos a el, en apoyo a lo que se venía, en solidaridad a la crucifixión de la que sería objeto por parte de los panistas.
Ni Salgado ni Cantón se dejaron apabullar, demostraron su fidelidad al movimiento y su gallardía; y es que aguantar la palabrería de la oposición requiere más allá de agallas, mente fría.
Y así fue, pese al intento de boicot de la oposición en la Cámara Alta y la decisión de Fernández Noroña de sesionar en Xicoténcatl, se logró lo esperado, lo anhelado y lo planeado por la 4T.
Habrá que ver en que acaba todo esto, porque queda claro que el Poder Judicial no quiere perder todo lo que con base en actos de corrupción consiguió en el andar hasta el día de hoy.
Por lo pronto nuestra presidenta, así con a, para que no olvidemos que es la primera mujer en gobernar el país, celebró y felicitó a los senadores de su partido, ese que la llevó a la gloria.