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RICARDO SEVILLA
Xóchitl Gálvez no da una. Ella se esfuerza en ser creativa y carismática, pero no lo consigue. Y es que esos atributos, como dice el dicho, no se dan en maceta.
Ayer, por ejemplo, Xóchitl decidió hacer una encuesta en sus propias redes sociales.
Quién sabe por qué se le ocurrió hacer unas preguntas locochonas en su cuenta de Instagram.
Fíjese: la despistada candidata de Claudio X González preguntó en su encuesta a modo: “¿Qué prefieres?”: “Seguridad con Xóchitl” o “Continuidad con Claudia”.
Pero, para su sorpresa, Claudia Sheinbaum le ganó, en su propia encuesta, con el 51 por ciento.
Así que cuando los usuarios intentaron entrar a ver los resultados, el enlace ya no aparecía disponible, pese a que las historias en Instagram, como mucha gente sabe, duran 24 horas.
Definitivamente, el principal enemigo a vencer de Xóchitl es ella misma.
Y nadie la empuja, nadie la sabotea. Y la verdad no es necesario. Ella solita se cae de bruces.
Si algún bufón nos contara la historia, podríamos pensar que es un guion absurdo. Pero, lamentablemente, no lo es. Xóchitl está completamente extraviada, no tiene brújula y, todo el tiempo, tropieza con sus propias palabras.
Todos sus eventos son desangelados. No hay ideas ni claridad expositiva.
Y es tristísimo ver cómo, hasta para decir amigos y amigas, Xóchitl necesita telepronter.
Y es todavía más deprimente ver que no hay esfuerzo que la pueda rescatar del foso donde se encuentra.
Poco importa que personajes (patéticos) como René Casados, el otrora conductor del programa televisivo XE-TU, salga a vociferar los “atributos” de la candidata de la derecha. Xóchitl no levanta.
Y así, mientras que Claudia Sheinbaum, hace unos días, en su cierre de campaña, reunió a miles de personas en el Monumento de la Revolución, Xóchitl Gálvez convocó a un evento en Acámbaro, Guanajuato, donde ni los dirigentes nacionales del PRI y el PRD aparecieron.
Al ver a Claudia Sheinbaum dando un mensaje arropada por la cúpula de su partido, Morena, y sus aliados, el PT y el (acomodaticio) Partido Verde Ecologista, uno siente una enorme piedad por Xóchitl que, en todos estos meses, ha demostrado ser una triste marioneta.
