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mayo 17, 2024

CDMX

Amenazan constructoras con extinguir a pueblos originarios

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JAVIER VILLEGAS

Los pueblos y barrios originarios de la Ciudad de México ven amenazados sus territorios, usos, costumbres, tradiciones y forma de vida debido a la voracidad de empresas constructoras, que al amparo de los alcaldes permitieron que sus entornos modificaran. El ejemplo palpable de la gentrificación ocurrió en el pueblo de Xoco, en la alcaldía Benito Juárez, con la construcción de la Torre Mítikah.

Pese a que se creó la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios e Indígenas Residentes (Sepi), con la finalidad de garantizar el ejercicio pleno de los derechos de indígenas, pueblos y barrios originarios, sin embargo, ocurrió todo lo contrario, ya que los pueblos y barrios están constante riesgo de desaparición y despojo de sus territorios, lo cual deriva en graves violaciones a sus derechos.

Bajo esta línea, el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), elimina la zonificación establecida en el programa de ordenamiento ecológico vigente, el cual protege los bosques de la Ciudad de México, lo que este programa propone es dejar la puerta abierta para que las alcaldías puedan cambiar a placer los usos de suelos que están protegidos por el ordenamiento ecológico.

Ante estas afectaciones, el Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios Originarios de la Cuenca de Anáhuac (FDDPBOCA), ha demandado en diversas ocasiones el Congreso de la Ciudad de México para que rechace el proyecto de actualización del PGOT.

Uno de los impactos más evidentes que provoca la urbanización y la gentrificación en la capital del país es el impacto directo en la flora y fauna, además de las reservas de agua, pues la mayoría del líquido que abastece a la ciudad proviene de las zonas boscosas, la falta de líquido en la CDMX es un fenómeno que actualmente afecta a alcaldías como Benito Juárez, Iztapalapa, entre otras, aunado a la situación de las presas que abastecen al Sistema Cutzamala.

El avance de los complejos inmobiliarios en la CDMX, derivó en que en menos de un año la cantidad de pueblos y barrios originarios se redujo de manera drástica de 197 a tan sólo 50, lo anterior suprime los derechos, así como la cultura ancestral y la identidad de esta población originaria.

La información proporcionada por las alcaldías, da cuenta que para finales de enero de 2022 las autoridades reconocieron de manera oficial la existencia de 50 pueblos y barrios originarios: 14 en Xochimilco, 11 en Milpa Alta, 8 en Tlalpan, 7 en Tláhuac, 2 en Álvaro
Obregón, además de 4 en Cuajimalpa de Morelos y en La Magdalena Contreras.

AFECTACIONES EN 3 ALCALDÍAS

La construcción de este complejo cimbró el corazón del pueblo de Xoco, ya que los habitantes de esta zona de la ciudad padecen de acceso al agua potable, de igual manera vieron como al menos 54 árboles fueron talados para imponer este complejo inmobiliario de lujo a manos de Fibra Uno, de mano de la corrupción inmobiliaria con epicentro en la alcaldía Benito Juárez, entonces gobernada por Santiago Taboada.

Por otro lado, el crecimiento de desarrollos inmobiliarios en la alcaldía Azcapotzalco de Margarita Saldaña, rompió la dinámica de vida en la zona de Ciudad Jardín y la colonia del Gas, al verse rebasada la capacidad de tránsito en la zona, además de reducir de forma considerable el abasto de agua en el lugar.

En los últimos años proliferó en la demarcación la construcción de edificios de departamentos con alturas que excedieron la establecida en los planes de uso de suelo de esas colonias.

Lo anterior, llevó a la quiebra de negocios barrio y a la expulsión de los habitantes originarios como resultado de la gentrificación.

Por otra parte, la Asamblea General Comunitaria de los Reyes Hueytillac, ubicado en los Pedregales de Coyoacán, padeció la construcción de un complejo inmobiliario de tres edificios a cargo de la constructora Quiero Casa, la cual edificó en 2019 una obra sobre un manantial de agua potable.

Los pobladores de Los Reyes, denunciaron que el actual predio donde pretenden construirse 72 departamentos, es propiedad de la comunidad, pues hasta 1982 cuando se construyó la avenida dicho terreno era una calle que fue cerrada por la obra.

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