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Jorge Gómez Naredo
En el Frente Amplio por México, es decir, la oposición, se está haciendo un teatro para supuestamente, elegir de forma democrática a su candidato o candidata a la presidencia de la República. Y es que todos saben que hay una ganadora.
Xóchitl Gálvez fue, desde hace ya muchos meses, la persona que eligieron los que se sintieron durante muchos años dueños del país. Según la lógica de estos señores, Xóchitl es un perfil más popular, que podría hacer “clic” con el pueblo mexicano y, con eso, le quitaría votos a Morena.
Hace unos meses, en una de su conferencia de prensa mañanera, el presidente López Obrador afirmó que le había llegado información de que Xóchitl ya había sido elegida ya como candidata a la Presidencia por el bloque del PRI, PAN y PRD, y que todo lo del proceso supuestamente democrático que estaban haciendo, era en realidad un show. Y todo parece indicar que el mandatario tenía razón.
Hace unos días, Enrique de la Madrid, aspirante a la candidatura de la oposición, fue -como se dice comúnmente- “cepillado”. Sin una explicación clara, quienes llevan ahora el proceso sólo lo eliminaron y dejaron a tres aspirantes: la priísta Beatriz Paredes y los panistas Xóchitl Gálvez y Santiago Creel.
Es evidente que la candidata será Xóchitl. A ella le han invertido millones y millones de pesos. Buscaron posicionarlas, dotarle de un pasado popular, y trataron de que hiciera “clic” con la gente.
Al principio, la inflaron y prácticamente dijeron que estaba ya empatada con los aspirantes de Morena. Incluso analistas de muchos medios de comunicación la presentaban como un “fenómeno mediático” que jamás se había visto en México, donde una aspirante, en muy poco tiempo, subía en las encuestas.
A esta historia, evidentemente falsa, le metieron muchísimo dinero. Pero la realidad es muy distinta. Sus reuniones con la gente son en espacios cerrados, y con muy poquitas personas.
Pero la oposición va a ir con ella porque así está decidido. Así pues, su proceso “democrático” de selección de candidato fue una farsa. Una completa farsa.
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