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Por fin el Fin

Reseña Barbie

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Vil falacia feminista

Sadit Gabriel

Desde su nacimiento, el cine ha sido el arte de lo extraordinario: comprende la conjunción de diferentes lenguajes (el escrito, el auditivo o el visual) para decir lo no dicho. Barbie (2023) humilla tal principio para vomitar lo cómodo en lo político; explica que la opresión femenina es culpa del machismo.

Resumidamente: diferentes feminismos plantean cómo las estructuras sociales limitan el accionar femenino con el discurso. En la realidad, las rémoras de tal homilía política turnaron la compleja comprensión del poder (aquí reside la problemática femenina) en un vulgar debate donde se olvida la gnoseología naturalista de lo que la acción verdaderamente es.

En la labor de Gerwig, la brillantez va, más de lo que viene. Sobresalen un pletórico diseño de producción y las ejecuciones de Ryan Gosling, pero el argumento repetitivo y falaz eclipsa tal calidad. Con Barbie, la cinematografía es cumbre de un sofismo simple y frígido; es la directora a sus propios ojos símbolo de un feminismo novedoso, pero turna su alegato en refrito del sinsentido más flojo.

Virtud no hay por predicar con lo dicho, porque reside en la lógica el nexo entre cine y pensamiento crítico. No hay así mayor cualidad en la corrección política, menos al reincidir los turbios dotes del feminismo: este arte va de lo novedoso, no de plantear lo cómodo para complacer a todos.

Nombre: Barbie

Año: 2023.

Director: Greta Gerwig

Calificación: 5.0 (mediocre).

Dónde: Solo en cines.

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