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Alejandro Armenta Mier
En nuestro Estado existen un millón 713 mil 381 viviendas habitadas de las cuales 543 mil 681 son hogares con jefatura femenina, el 99% cuenta con servicio de electricidad, 95.3% con servicio de agua de la red pública y 94.9% con servicio de drenaje.
Contamos con una población de 4 millones 450 mil 271 estudiantes que ha aprobado algún grado académico, esto implica que 334 mil 179 personas son analfabetas; el 80% de la población cuenta con preparatoria terminada y se han identificado 846,763 jóvenes que no asisten a la escuela.
Además en el último trimestre de 2022 contamos con una participación laboral del 60.4%, existiendo una diferencia del 25.2% del salario de los hombres respecto al de las mujeres.
De acuerdo a datos del CONEVAL, en 2018 el 35.6% de la población vivía en situación de pobreza, indicando que los municipios con mayor porcentaje y cantidad de personas en pobreza extrema se encuentran en zonas rurales y marginadas.
En el segundo capítulo de mi libro “Por amor a Puebla”, hablo de los indicadores socioeconómicos del Estado; por ello es tan importante el quehacer legislativo y el apoyo a las iniciativas presentadas por su servidor, sobre todo en temas de educación, ya que es la base para un crecimiento integral no solo de la entidad, también del país.