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Jorge Gómez Naredo
Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró un nuevo camino en Oaxaca. Serán 222 durante todo su sexenio, es decir, 3 mil 117 kilómetros de vías, con una inversión de 13 mil 810 millones de pesos.
Estos caminos, que han dado la vuelta al mundo porque son de verdad muy lindos, y son elaborados por las propias comunidades.
Ayer, durante la inauguración del camino del municipio de Lachigalla, el presidente afirmó lo siguiente: “antes el presupuesto, que es dinero del pueblo, se lo robaban, se quedaba en unas cuantas manos, se hacían inmensamente ricos traficantes de influencia, políticos corruptos, mientras la gente estaba en el abandono. Sólo volteaban a ver al pueblo cuando había elecciones, entonces es que llegaban a las comunidades, a los pueblos, porque necesitaban el voto, repartían despensas, frijol con gorgojo, materiales de construcción, chivos, borregos, puercos, cochinos, marranos. Pero eso ya se terminó”.
Y es que es cierto: durante los años del neoliberalismo, la corrupción era la constante: obras que deberían costar pocos miles de pesos, terminaban costando millones y millones. Unos cuantos políticos y empresarios sin escrúpulos se robaban el dinero. Hoy la situación es distinta: el dinero se invierta mejor, y no hay saqueo.
El caso de los caminos de Oaxaca es muy significativo, pues los realizan los propios habitantes, ellos administran los recursos, y eso evidencia que, muy al contrario de lo que repetía los neoliberales, el pueblo no es corrupto ni holgazán, sino inteligente, trabajador y con ética.
Ayer el propio AMLO reivindicó el trabajo de la comunidad: “Vengo a inaugurar este camino hecho por ustedes, por las manos de las mujeres, de los hombres de Lachigalla. Acabo de saludar a los integrantes del comité de la construcción del camino y, como lo mencionó Adelfo Regino, felicitar a todos los que trabajaron en esta obra, porque es fruto del trabajo, del esfuerzo de todos ustedes”.
Los caminos de Oaxaca -que construyen las comunidades- es el ejemplo más nítido de lo que significa un gobierno para la gente, y eso es lo que representa la administración de López Obrador: la cercanía con el pueblo.
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