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Ricardo Sevilla
CIUDAD DE MÉXICO. – Ahora sí, Enrique Graue debe estar mordiéndose las uñas de la preocupación. Y es que ayer, el presidente López Obrador dijo que es muy probable que Pablo Gómez y el Servicio de Administración Tributaria (el SAT) investiguen a la Institución de Asistencia Privada Conde de Valenciana, que preside el oftalmólogo que mal dirige la UNAM.
Y, antes de que Graue y sus seguidores digan que es un complot del gobierno para incursionar en la UNAM, debemos aclarar una cosa: desde hace mucho tiempo Graue merece ser investigado.
Que no se nos olvide que el año pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación donó alrededor de 8 millones de pesos a la Fundación Universidad Nacional Autónoma de México, A.C., con el supuesto fin de becar a estudiantes de la Facultad de Derecho de la UNAM y, sin embargo, casi 6 millones quedaron en el limbo.
¿Y qué dijo Graue? Nada. ¿Y qué acciones tomó el rector de la UNAM para aclarar este hecho? Ninguna.
Tampoco olvidemos que Graue ha estado vinculado al lucrativo negocio del futbol. ¿Y cómo le hizo? De acuerdo con nuestras fuentes, el rector tiene ese vínculo a través de su amigo Rodrigo Ares de Parga, quien, hasta el día de ayer fue director de Selecciones Nacionales y, “curiosamente”, también es miembro de la Fundación Conde de Valenciana.
Recientemente, dos profesores y una profesora de la Preparatoria 3, plantel Justo Sierra, acosaron a una joven alumna de la UNAM y ella, desesperada, terminó quitándose la vida.
Por qué Graue no destituyó, de inmediato, a la directora de la Prepa 3, Laura Elena Cruz Lara, ni a la titular de la Escuela Nacional Preparatoria, María Dolores Valle Martínez, es algo que todavía tiene que explicar.
Entre otras muchas cosas, Graue tiene que aclarar por qué, a través de la Dirección General de Comunicación Social, que encabeza Néstor Martínez Cristo (que amenaza a periodistas), repartió más de 20 millones de pesos entre los periódicos El Universal y Crónica para imprimir la Gaceta UNAM.
Graue ha arrastrado por el lodo el prestigio de la UNAM. ¿Y sabe qué? Yo soy de la opinión de que Graue no solo tiene que irse de la UNAM, sino que debe enfrentar a las autoridades.