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abril 24, 2024

Voces

Periodismo subjetivo | La maestra Delfina y la esperanza mexiquense

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Jorge Gómez Naredo 

El domingo pasado fui a tres mítines de la maestra Delfina Gómez. El primero, en Toluca, el segundo en Zinacantepec y, el tercero, en Naucalpan. Y en todos hubo algo en común: la gente quiere mucho a la candidata de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde. Y es que la maestra Delfina es un personaje muy singular en la política nacional. Viene de abajo, del pueblo, y siempre ha mantenido un estilo de vida humilde. A ella no le ha interesado hacer dinero y enriquecerse ni mudarse a una casa gigante en las Lomas o en alguna colonia exclusiva de la Ciudad de México.

No. La maestra Delfina ha vivido donde siempre, y su vida, en lugar de dedicarla a sí misma, la ha dedicado a la gente, a que haya bienestar entre los humildes del Estado de México. Y eso el pueblo se lo reconoce, lo sabe, y por eso la apoya con muy singular sinceridad.

La maestra Delfina conecta con el pueblo. Su discurso es muy directo, y siempre está poniendo atención a lo que dice la gente durante el mitin. Si alguien la interrumpe con algún pedimento, ella lo responde. Y siempre reconoce que la lucha y los logros que ha tenido el movimiento de la Cuarta Transformación no es de ella, sino de miles y miles de personas que se han esforzado para impedir que el PRI continúe saqueando al Estado de México.

La humildad de la maestra Delfina es sincera y constante. Cuando la gente le comienza a gritar (haciendo alusión a uno de los gritos más importantes del lopezobradorismo) “Es un honor, estar con la mejor”, ella grita también, y cuando todos se callan, la maestra Delfina menciona: “pero el honor es estar con la mejor militancia”. Acto seguido, la gente presente aplaude y grita “gobernador” y todos contentos y llenos de esperanzas. Es un hecho que este próximo 4 de junio los mexiquenses votarán por echar al PRI (y sus nuevos aliados) del Estado de México. Así se terminará el saqueo que ha durado casi 100 años, y llegará la esperanza: una esperanza que viene, sin duda, acompañada de justicia, igualdad y bienestar.

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