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marzo 28, 2024

Voces

Arreando al Elefante | Algún día

9 lecturas

Ana María Vázquez 

Una bala rodó por debajo de su puerta,
Heber solo escuchó el crujir de la hierba
seca indicando que alguien se alejaba, estaba absorto escribiendo su columna, otra más de denuncia, ya había recibido insinuaciones del amigo de un juez, de un expolicía que seguía cobrando beneficios y de una abogada para
que dejara de escribir, de denunciar; una
noche envenenaron a su perro, otra, su auto se quedó sin frenos… “porque sí”, pero él sentía
el compromiso de denunciar, de seguir con la carrera que había amado desde que aprendió
a leer.

El clima y la vegetación exuberante de Oaxaca lo enamoraron desde su adolescencia y ahí se quedó. Vivía solo y toda su familia estaba en la capital del país. “Mejor así”, pensaba.

Había entrado en el Mecanismo de Protección luego de sus denuncias ante la corrupción que iba surgiendo en funcionarios menores e industriales locales por la construcción del Corredor Interoceánico y que había exhibido en el portal noticioso web del que era jefe y único empleado, pero esto no había sido suficiente para frenar la intimidación y el acoso que cotidianamente recibía por su trabajo.

Todos en Salina Cruz sabían de quién hablaba, a quien específicamente denunciaba, pero todos callaban en un silencio cómplice que impedía que las voces de alerta llegaran hasta la silla presidencial. “Acabar con la corrupción”, pensaba, “será posible cuando todas las voces denuncien como si fuera una sola”.

Terminó de escribir su columna y la subió al portal, se levantó del escritorio sin prisa y fue hasta la entrada de la humilde vivienda, tomó
la bala del suelo con la mano izquierda y la
miró fijamente, sabía lo que significaba, dio un último vistazo a su casa: pequeña, humilde, con apenas lo necesario; jamás había aceptado el dinero que le ofrecían para escribir en favor de alguien…millones con los que hubiera podido comprar todo, menos la dignidad.

Apretó la bala fuertemente y abrió la puerta, solo escuchó un silbido, sintió su cuerpo caer en cámara lenta mientras pensaba… “cuando todas las voces denuncien como si fueran una sola…acabará la corrupción”.

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