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abril 19, 2024

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Arreando al Elefante | La alerta sísmica en manos de una A. C.

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Ricardo Sevilla 

El pasado lunes 19 de septiembre se reportó un sismo con magnitud 7.7 localizado en las cercanías de Coalcomán, en Michoacán.

El sismo ocurrió a las 13:05:09 horas y se sintió en el municipio de Coalcomán y en otras localidades de ese estado, así como en otras entidades de la República mexicana.

Hasta las 06:00 horas de ayer, 21 de septiembre 2022, se habían registrado 969 réplicas del sismo, de acuerdo con el informe presentado por el Servicio Sismológico Nacional (SSN) de la UNAM.

Además de Michoacán, el movimiento telúrico se sintió en la CDMX, Guerrero, Oaxaca, Jalisco, Michoacán, Puebla, Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí, Colima, Veracruz y Aguascalientes. No fue, en absoluto, un sismo leve ni moderado. De hecho, en la escala de intensidad de un mapa elaborado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, el temblor del lunes pasado fue catalogado como “fuerte”.

Pese a que el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) se jactó de que los dispositivos de alerta sísmica se habían activado con una anticipación de dos minutos en la CDMX, no fue así. Y eso quedó evidenciado en los múltiples mensajes de reclamo que la organización encargada de operar los sensores sísmicos recibió en su cuenta oficial de Twitter. Lo cierto es que la alerta sísmica es una calamidad y eso se debe a que no la opera el SSN, sino una asociación civil llamada CIRES, A. C.,
que ha obtenido jugosos contratos de diferentes secretarías, universidades y tribunales. Durante el último año de gobierno de Miguel Ángel Mancera, obtuvo 33 mdp.

La CIRES, A. C., depende de la Sasmex, que
no sabe de qué magnitud fue el sismo del pasado lunes 19 de septiembre. En un tuit descuidado, aseguraron que fue de 7.4, cuando el SSN informó que fue de 7.7. Además, se jactaron de haber activado la alarma con 2 minutos de antelación, lo cual fue una absoluta mentira.

La CIRES, A. C., dice no tener fines de lucro, pero ha obtenido jugosos contratos con “clientes” como el TJA de la CDMX y la UACM cobrándoles “servicios de mantenimiento y preventivo” de sus alarmas que, como ya vimos, suenan cuando no tiembla o cuando el sismo está en curso. Sin duda, tienen mucho qué explicar.

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