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Diego Cedillo
Como olvidar la ocasión en la que el boxeador Mike Tyson mordió en la oreja a su contrincante Evander Holyfield durante un combate, razón por la cual exactamente hoy, pero hace 24 años le fue suspendida su licencia de boxeo.
Dicha mordida luce más que parecida a la que distintos rectores de algunas Universidades gustan de hacerle a los presupuestos. Con ejemplos.como la mordidota del poblano Rector, Luis Ernesto Derbez en la UDLAP, quién junto con la Fundación Mary Street Jenkins aprovechó para saquear los recursos de las y los estudiantes. Tan
es así que Miguelito Barbosa, ya salió a decir que defenderá el futuro de su estado, los jóvenes.
¡Ah!, lo olvidaba, también el tabasqueño exrector José Manuel Piña Gutiérrez, inmiscuido con la artífice de la estafa maestra, Rosario Robles, sin embargo, lo curioso aquí radica, que el hermanito
del tunante excatedrático de la UJAT, hoy despacha desde un área estratégica en el gobierno de Adán Augusto López Hernández. Obstaculizando la labor de honestidad y eficiencia de un contador apellidado Mena Oropeza. ¿Tendrá conocimiento de esto el gobernador “choco”?
Sin duda un requisito para todas y todos los docentes, debería ser haber tomado clases de civismo y honestidad, como lo dice el presidente Andrés Manuel López Obrador. Ya que con esa clase de maestros está claro, el porqué a algunos estudiantes les surja la duda sobre a que hora le dará tiempo al titular de la JUCOPO, el Senador Ricardito Monreal para preparar sus clases, o ¿tendrá un “hacedor”
de cátedras?, pues aseguran los confidentes de este tecleador, que más de un tema se repite semestre con semestre exactamente con la misma temática.
POST-IT
¡Vaya ejemplo!, dió la Diputada Martha Tagle de Movimiento Ciudadano a muchos de sus compañeros y compañeras de curul, al firmar un exhorto para que la FIFA y la Federación Mexicana de Futbol, no sancionen a la Selección Mexicanavde Futbol Femenil por las manifestaciones homofóbicas en partidos anteriores. Quizás más de un “politiquillo” podría aprender de ella, ¿o no mi estimado diputado Eduardito Santillán?