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abril 25, 2024

Seguridad

Viven choferes un infierno

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CIUDAD DE MÉXICO.– Un verdadero infierno es el que viven todos los días, durante las 24 horas, los conductores de unidades de transporte público que operan en municipios como Zumpango, Tecámac y Ecatepec, y el norte de la Ciudad de México, ya que son víctimas de amenazas, asaltos, extorsiones, quema de unidades, levantones y asesinatos para obligarlos a pagar cuotas a grupos criminales que van de 100 a 300 pesos semanales por unidad; mientras los dueños de los transportes son obligados a pagar de 10 a 20 mil pesos mensuales.

El día de ayer fue verdaderamente de terror para los trabajadores del volante, pues a muy temprana hora en el paradero de Ojo de Agua quemaron dos unidades y a los pocos minutos una más a escasas calles del paradero de La Raza, en la Gustavo A. Madero. Uno de los choferes que perdió su modus vivendi en esos ataques, narró a Grupo Cantón la odisea que vivió al ser atacado por los criminales, que operan en grupo y con armas largas y cortas.

Aún con el terror reflejado en su rostro, el conductor que se negó a proporcionar su nombre porque se encuentra amenazado de muerte, explicó: “Yo estaba subiendo pasaje en el paradero del Mexibús en Tecámac, cuando repentinamente apareció una camioneta con placas AKT3091, de la cual descendieron varios sujetos con armas largas y cortas, quienes bajaron al pasaje mientras rociaban mi camioneta con gasolina; uno de ellos le prendió fuego cuando yo estaba en el volante y escaparon a toda velocidad. Como pude abrí la puerta y me aventé al piso para no ser alcanzado por las llamas”, recordó.

Luego se dio cuenta que a otro compañero que estaba formado atrás de él le habían hecho lo mismo; ambos se salvaron milagrosamente de morir quemados, pues las llamas consumieron sus vehículos en su totalidad.

Tristes explicaron que en los últimos seis meses los extorsionadores han incendiado 16 combis de la Ruta San Juan Zitlaltepec-Zumpango conocida como Las Brujas, y asesinaron a sus compañeros Marcos García Vidal y Jesús García Estrada, a los que torturaron y encajuelaron porque se negaron a pagar una extorsión de 11 mil pesos.

“Nosotros solamente somos choferes pero pagamos las consecuencias porque esos señores ya no nos dejan transitar por las calles tranquilamente; todos los días salimos de nuestras casas pero no sabemos si vayamos a regresar, por eso ya nadie quiere trabajar y muchos de nuestros compañeros prefirieron abandonar el trabajo antes que caer muertos en manos de estos delincuentes”, finalizaron.

 

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