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Es molesto, mucho más molesto en el transporte público, toparse con un hombre que abra las piernas de tal forma que no permita a los demás sentarse bien, de hecho es conocido entre las mujeres como “manspreading”. Por ello una inventora, Laila Laurel, de 23 años, creó una inusual silla a la que nombró “Una solución para el manspreading”.
La silla está diseñada para que se tengan que cerrar las piernas al sentarse; igualmente, creó otra silla para mujeres con la finalidad de que ellas tomen la iniciativa de abrir las piernas, esto hecho con una división de madera en su centro.
“Con mi conjunto de sillas esperaba llamar la atención sobre el hecho de cómo se sientan hombres y mujeres e inspirar la discusión sobre el tema”, dijo la diseñadora.
Esta idea a causado cierto debate en redes sociales, por los que aplauden el invento de Laurel y quienes estan descontentos, ya que el asiento para mujeres fomenta exactamente lo que ella quiere evitar, la invasión al espacio personal.
Si bien la idea es buena, el hecho es que nadie debe acaparar tanto espacio, más en el transporte público al que vamos confinado muchas de las veces en la CDMX. Una conciencia del otro promueve una sana relación entre todos.
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