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Apachurro, señora bonita. Les escribo desde la impactante y acelerada Ciudad de México, una ciudad que vive de manera tan fugaz como el viaje que hice a Guadalajara para encontrarme con Cristian Castro y poder realizarle una entrevista exclusiva para el programa Hoy. Ni tiempo tuve para comerme aunque sea una tortita ahogada, porque volé, regresé el mismo día y sin dormir llegué de nuevo al foro 16 de Televisa, pero con harto chisme. Resulta que el hijo de La Vero Castro me habló de absolutamente todo, de sus papás, de sus amores, de sus hijos, y yo lo puse a cantar y a bailar como nunca. Y vaya que logró sonrojarme y ponerme muy nerviosa, pues durante toda la entrevista me tomó de la mano, y sí, sí señora bonita, confieso que El gallito feliz me puso a sudar con su galantería y coquetería, además me aduló todo el tiempo, me aseguró estar totalmente solterito ¡hasta me propuso ir al jacuzzi juntos! ¿Cómo lo ven? Lo bueno es que en todo momento me acompañó mi madre y mejor amiga, la productora Magda Rodríguez, que si no hubiera estado ella presente, no sé a qué más se hubiera atrevido el polémico cantante que, por cierto, me parece sumamente divertido y auténtico.
Hablando de personajes divertidos y auténticos, en el vuelo de regreso de Guadalajara me encontré a nada menos que a mi amigo y colega Gustavo Adolfo Infante, quien también regresó con una gran exclusiva bajo la manga para su programa De primera mano. Resulta que Gus me contó que, como todo reportero aguerrido e intrépido, se plantó en la entrada del rancho de don Chente Fernández, en busca de una entrevista, ¿y qué creen? ¡Pues don Vicente lo recibió! Le abrió las puertas de su casa y le otorgó una divertida entrevista, muy al estilo de mi amigo, quien nos da así un ejemplo de garra y perseverancia en el periodismo. ¡Mis aplausos y respeto!
Y qué más le cuento señora bonita, que me llevo tremendo susto, pues fíjese que saliendo del programa Hoy, en pleno estacionamiento de Televisa, fui testigo de un incidente muy penoso para mi compañero y amigo Mauricio Mancera. Resulta que Paul le acaba de comprar un bello y lujosísimo auto a nuestro también apreciado Negro Araiza, es más, ni siquiera me había invitado a darle el remojo, y que se me estampa con todo contra el auto de mi otro querido amigo Mau Mancera. ¡Tal y como lo escuchan! Paul no chocó, lo chocaron (como diría un viejo video en YouTube). Aunque no fue un accidente de gravedad, las defensas y calaveras salieron volando. Y qué decirles del golpe, que sí que se escuchó muy fuerte. Lo peor es que Paul se iba a Chicago y dicen que esto fue porque Mau estaba celoso de las ventas que tenía el simpático Paul, ja ja ja ja es broma, ¡espero que tenga un buen seguro de autos!
Moraleja: El que es gallito canta bien bonito, y ese consejo te doy, porque tu amiga Escalona soy.
P.D: ¡No mientan por convivir!
