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CIUDAD DE MÉXICO.– Fidel Velázquez Sánchez es el mejor ejemplo de lo que significa un líder sindical charro; él estuvo al frente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) por más de 40 años.
Con un fuerte poder económico y político, hizo del sindicato una fábrica de votos para el PRI, ponía y destituía a gobernadores y líderes de otras centrales obreras, fue legislador por el tricolor y tenía derecho de picaporte con el Presidente en turno.
Y solo su deceso, en el año 1997, a los 97 años de edad, pudo sacarlo del sindicato. Pero varios líderes siguieron su ejemplo.
Como Carlos Antonio Romero Deschamps –secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana–, Víctor Flores Morales –dirigente del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana–, quienes también han sido legisladores por el tricolor, llevan décadas el frente de sus sindicatos, y han amasado una fortuna presuntamente mal habida, sin olvidar a Martín Esparza Flores, autodenominado líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), pese a no contar con la toma de nota y ostentarse como tal.
Sin embargo, todo indica que los tres líderes tienen los días contados al frente de los sindicatos mencionados, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho –en su campaña proselitista y ya como titular del Ejecutivo federal–, que el “charrismo sindical” ha llegado a su fin.
Sin mencionarlos por su nombre, el Presidente descalificó la manera en que los líderes –Romero, Flores y Esparza– se han reelegido: mostrando su ficha con nombre y número de trabajador, y a mano alzada. Es decir, por la imposición…
VÍCTOR FLORES MORALES
• Al igual que Romero Deschamps, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (SNTFRM), Víctor Flores Morales, se acaba de reelegir para el periodo 2018–2024… pues fue el único que se postuló para el cargo.
Secretario general del gremio ferrocarrilero desde 1995, Flores también acumula una colección de denuncias –principalmente ante la PFR–, por los delitos de uso indebido de recursos públicos, fraude, agresiones físicas, hostigamiento y represión, además del saqueo del fideicomiso para la jubilación de 52 mil ferrocarrileros en el proceso de privatización.
Líder acomodaticio, se ha sumado y levantado la mano a cinco presidentes, lo mismo del PRI (su partido) que a los del PAN. Y ahora pretende hacer lo mismo con el Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, emanado de Morena. Sin embargo, los ferrocarrileros opositoes aseguran que en realidad lo hace para evadir la acción de la justicia, ante la friolera de 14 mil demandas en su contra.
Y hace unos días, el 16 de diciembre, Víctor Flores pretendió subirse al Tren Maya, pero sólo hizo el ridículo, al intentar saludar al presidente Andrés Manuel López Obrador, en el evento de la colocación de la primera piedra de ese proyecto, en Palenque, Chiapas.
“Desde las 9 de la mañana, Flores llegó al sitio del evento, pero no lo dejaron pasar a la zona de invitados. Decidió esperar detrás de unas vallas a que llegara el presidente para saludarlo. Sin embargo, cuando éste arribó y caminaba por la zona donde estaba el líder charro, al mirarlo se dio la vuelta y lo eludió. Por más que Flores le gritaba ‘presidente’, ‘presidente’, López Obrador ni siquiera volteó a mirarlos”, reportó Alejandro Lelo de Larrea, enviado de Grupo Cantón.
CARLOS ROMERO DESCHAMPS
El 14 de octubre, como Presidente electo, López Obrador apuntó, en referencia al líder del STPRM: “Reafirmo el compromiso con los trabajadores, va a haber democracia sindical. En la elección de los dirigentes me van a ayudar ustedes cada vez que se vaya elegir un dirigente del sindicato petrolero, de cualquier sindicato, voto libre y secreto”.
En ese mismo acto, ante petroleros de Tabasco, dijo: “Se van a ir por un tubo. No es ‘quítate tú, porque quiero yo’. Es democracia para todos. Democracia en la familia, en la escuela, en el sindicato, democracia en la sociedad y en el gobierno. Democracia como forma de vida”.
Raúl Romero, dirigente del Frente Nacionalista de Petróleo, Energía y Agua, S.C., asegura –en entrevista con Grupo Cantón–, que el de Carlos Romero Deschamps es el mejor ejemplo del charrismo sindical que prevalece en el país y el gremio petrolero.
“Por eso interpusimos una denuncia penal, pues es la única vía jurídica válida para poder reivindicar a nuestro sindicato. Los trabajadores petroleros estamos hartos de la corrupción de Romero Deschamps y su camarilla. Esperamos que ahora sí se hagan elecciones libres y dejen de estar robando”.
Romero Deschamps, líder del STPRM desde 1993, se reeligió al frente del sindicato hasta el año 2024, y acumula más de 100 denuncias ante la PGR y otras instancias en un rosario de delitos que van desde malversación de fondos sindicales; apropiación de recursos públicos; venta y negociación de fichas, plazas y puestos de medio y alto niveles en el sindicato y complicidad en el robo de gasolinas.
MARTÍN ESPARZA FLORES
La triada de estos charros sindicales, se completa con el autodenominado líder del Sindicato Mexicano de Electricista, quien de manera ilegal se sigue ostentando como secretario general, pese a que desde el 2 de octubre de 2009 le negaron la toma de nota.
José Rodolfo Bonilla Gómez, asesor jurídico del grupo Unidad de Jubilados SME (Sindicato Mexicano de Electricistas), en entrevista con Grupo Cantón, explica que Esparza Flores y sus cómplices son citados por “impostores e indiciados” en una denuncia penal iniciada en su contra desde el 15 de julio de 2013, misma que había estado detenida “por instrucciones del exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong”.
Los probables delitos que se les achacan, explica, son enriquecimiento ilícito, delincuencia organizada, derroche de dinero de dudosa procedencia, millonarios fraudes habitacionales con fondos federales y 16 ilícitos más, “que son constitutivos de delitos graves”.
El entrevistado ratifica que el llamado comité central del Sindicato Mexicano de Electricistas, encabezado por Martín Esparza Flores, es usurpador, pues está plenamente demostrado en las demandas laborales y penales.
Así las cosas, esta triada de líderes sindicales, ponen sus barbas a remojar, pues por sus múltiples demandas y delitos que les achacan, podrían ser detenidos de un momento a otro.