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CIUDAD DE MÉXICO.– Carlos Romero Deschamps tiene los días contados como secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Pese a que a finales del sexenio pasado se reeligió por cuarto periodo consecutivo –hasta el año 2014–, todo indica que no será así.
Independientemente del rechazo de su gremio –sobre todo por su enriquecimiento inexplicable– hay dos señales recientes de que su caída de Romero Deschamps está próxima.
Una es la ausencia del líder sindical petrolero en la presentación del Plan Nacional de Refinación, acto convocado por el presidente Andrés Manuel López Obrador el domingo 9 de diciembre en Paraíso, Tabasco, donde se dio cita el gremio petrolero, Rocío Nahle –titular de la Secretaría del Trabajo–, y Octavio Romero Oropeza –director de Petróleos Mexicanos–.
Tradicionalmente, a este tipo de actos siempre asiste líder del STPRM, al ser institucionales, máxime en este, donde se anunció el arranque de las obras de la refinería de Dos Bocas. Pero no fue así. Carlos Romero no asistió.
Y apenas antier, el Presidente envió una señal inequívoca contra Romero Deschamps.
Dijo que su apuesta es por erradicar “el charrismo sindical” y a los “caciques”, al considerar que debe prevalecer la democracia en los sindicatos.
López Obrador solicitó que al interior de los sindicatos las elecciones sean libres, mediante el voto secreto, y que sean los trabajadores quienes elijan a sus representantes, a la vez que insistió en que ya no habrá sindicatos de estado.
