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CIUDAD DE MÉXICO.– Hasta hace algunos meses el pueblito de Parres El Guarda, el más lejano de la CDMX y localizado en la alcaldía de Tlalpan, era un lugar tranquilo que disfrutaban sus habitantes y los visitantes que acudían de día de campo los fines de semana, sin embargo, hoy ha cobrado relevancia no por sus antecedentes históricos –pues cuentan que en la época del segundo imperio mexicano, la emperatriz Carlota visitaba ese lugar para descansar en su camino de la Ciudad de México a Cuernavaca–, sino porque bandas criminales, al parecer de tratantes de blancas, lo han convertido en un cementerio clandestino en donde van a tirar o sepultar los cuerpos de sus víctimas.
El infierno y la vergüenza para los habitantes de Parres detonó el martes 9 de julio, cuando peritos de la Procuraduría capitalina anunciaron el hallazgo de restos humanos, supuestamente pertenecientes a la joven Daniela Ramírez Ortiz, cuya desaparición conmocionó a los capitalinos.
OTRAS MUERTES
Sin embargo, el caso de Daniela, que provocó manifestaciones y protestas de organizaciones civiles y padres de jovencitas desaparecidas, no ha sido el único registrado en ese lugar, ya que a principios del mes de enero se reportó el hallazgo de una fosa clandestina en donde enterraron a una pareja.
Tiempo despues, en el mes de abril, también salió a la luz el caso de María de la Luz, madre del pequeño Bruno, quien aterrado vio cuando varios sujetos bajaban de su camioneta a la autora de sus días para llevársela por la fuerza y a él lo abandonaron a su suerte en la zona de Perisur.
Días después, el cuerpo sin vida de María de La Luz fue en contrado por lugareños en la zona rural del poblado de Parres, cuyos pobladores ya no duermen tranquilos ante el temor de que sus esposas e hijas sean víctimas de los ataques de los asesinos.
